Crónica con una guajira honesta
Por: Maigelith Serrada. Administrad
ora.
Esposa de un Gamer.
A veces hace colas
María es una hermosa guajira blanca. Creció en medio de la pobreza y de las dificultades que pasa su pueblo. Empezó a trabajar desde muy joven como muchacha de servicio en Maracaibo porque lamentablemente por su condición económica no tuvo oportunidad de recibir educación escolar.
En su casa le enseñaron a tejer en los tiempos libres, a lavar y planchar a la perfección, pero por sobre todo le enseñaron que la honradez es la base de todos los valores. Cuenta que en su casa había una mata de mangos y que muchas veces era eso lo que comían en todo el día: mangos. Una vez su hermano mayor se apareció con una gallina que encontró deambulando en el camino “y la trajo para que mi madre nos hiciera una sopa, cuando mi mamá lo vió le dió una pela porque sabia que todas las gallinas tenían sus dueños, que aunque estén en la calle alguien la crió y le pertenece. Tiempo después descubrimos que la gallina era del vecino de al lado”. Y siempre fue así, la vieja Aura prefería pasar hambre que ser deshonesta. María creció con esos valores y todos sus hermanos aunque tomaron caminos distintos siempre han tenido la honestidad y honradez como estilo de vida.
Conocí a Maria haciendo una cola para comprar leche en un supermercado marabino. Era medio día y el sol estaba tostándonos (literalmente). Lo primero que observé en ella era que su piel no estaba percudida por el sol como lo están tantas mujeres que a diario hacen su colita para abastecerse de los productos regulados. Vestía de jeans y una franela blanca, llevaba zapatillas negras y el característico bolso tejido que es tan hermoso y característico de las mujeres wayuu. Hablaba con mucha fluidez y confianza en si misma, eso la hacía más hermosa. Me contaba que tiene tres hijas y que la mayor siendo apenas una adolescente ya la había convertido en abuela. Estaba haciendo la cola por que tenia mucha necesidad de la leche para sus hijas, especialmente para la que ahora estaba amamantando. Cuenta que se le hace difícil estar haciendo colas porque ella trabaja para una familia que la trata muy bien pero que tiene que cumplir un horario por lo que no puede perder un día entero en una cola. Además tiene las obligaciones familiares del cuidado de sus niñas y a su esposo quien también se parte el lomo trabajando como albañil.
Aproximadamente 40 minutos después de empezar a hacer la cola y, cuando ya detrás de nosotras había poco mas de un centenar de personas, pasó un guardia con su imponente uniforme militar intentado organizar la desordenada cola que hacíamos. Aquel hombre era arrogante y mal educado. Gritaba “acomódense o no entran”. Estábamos indignadas pues en casi una hora la cola no se había movido ni un centímetro. Entre el cansancio, el calor, la sed y los gritos del militar estábamos en medio de un hervidero. María tenia una sombrilla que obviamente la hacia tener que sobresalir de la cola, y estaba volteada mirándome a mi mientras continuábamos esa amena plática que teníamos las dos. Me hablaba de su cultura y de lo mucho que le gustaría tener el tiempo para elaborar una Wayunkerra 1 para su nieta. Me contaba de los viajes a La Guajira para visitar a su anciana madre y de lo feliz que esta se ponía cada vez que le llegaba con los brazos llenos de amor y de los alimentos que son tan escasos en su tierra. Y entre una cosa y otra caíamos en el tema del desorden de este gobierno y criticaba que cada vez que hay elecciones los candidatos van a llenar de promesas La Guajira, pero que esas promesas nunca, jamás son cumplidas. Que los niños no tienen donde estudiar y que en cada rincón solo se respira miseria. Que la salida casi siempre esta en irse a Colombia o venir a buscar trabajo en Maracaibo. “Pero ahora en Maracaibo nos discriminan mas que nunca por el bachaqueo”, esa frase me la dijo en medio de la conversa y recordé aquella publicación de un periódico local donde hablaban de la “nueva modalidad de contrabando denominada el bachaqueo” y cuya imagen eran unas guajiras con su manta saliendo de un supermercado. Y caí en cuenta que ya los asociamos automáticamente: Guajiro=Bachaquero.
¿Bachaquera yo?
Aun en la cola, después de dos horas de hablar y hablar, llegó el militar a seguir organizando la cola, pero esta vez en su despotismo nos empujaba. Muy humillante y denigrante para mi porque sentí que éramos tratados peor que a los animales en un matadero. Peor aun para María cuando el guardia le dijo: “Muévete bachaquera”, aquella mujer de poco menos de un metro 60, se volteó y le plantó una cachetada a aquel hombre de casi dos metros.
- Yo no soy ninguna bachaquera, respete, que si estoy aquí es por la necesidad de mis hijas. No estoy robando y tampoco vendiendo lo que compro para ganarle algo. Estoy abasteciendo mi hogar, ¿qué se ha creído usted?
Aquella mujer se engrandeció con la fuerza de su palabras y al militar no le quedo mas remedio que pasar de ella sin decir mas nada. Yo creí que se la llevaría presa mínimo, pero no. Supongo que el hombre se dió cuenta que no podía hacer nada contra una mujer que era capaz de defender su honor así. El militar siguió caminando y María siguió hablando con el tono de voz elevado por la rabia y la indignación que sentía.
- Si, es verdad que hay guajiros bachaqueros, es una realidad que no se puede negar pero también hay maracuchos, gochos, valencianos, caraqueños que están bachaqueando, pero como ellos no son indios nadie los critica, a nosotros si. Vayan a la frontera y se asombraran de la cantidad de maracuchos que están vendiendo los productos regulados y revisen cuantos guajiros están haciendo lo mismo. El bachaqueo no es cuestión de razas o de etnias es cuestión de conciencia.
Dentro de mí sentí tanto orgullo de aquella mujer valiente. A este país le hace falta mas personas como María que luchen día a día por su hogar, por sus hijos, pese a las adversidades, pese a la discriminación.
Tipos de Bachaqueros
Para todos esos lectores fuera de Venezuela aquí les podemos explicar un poco sobre el bachaqueo o los bachaqueros.
«(Los bachaqueros) son una plaga que les está haciendo daño al pueblo», dijo Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional.’
Bachaquero es una palabra que se utiliza en Venezuela para describir a esas personas de de a poco se van llevando nuestros productos, para venderlos o intercambiarlos en el mercado negro o donde sea. Proviene del bachaco, que es el nombre que en ese país se le da a la especie de hormiga Atta2 , o mejor conocida como Hormiga Culona.
Pero el bachaqueo, ese que según el gobierno está desangrando al país consiste en llevarse a Colombia los productos que aquí son muy baratos y que al cambio de Bolívar venezolano contra Peso colombiano genera ganancias de hasta mil % del valor de los productos. Por ejemplo un kilo de leche entera regulada cuesta alrededor de 60Bs y al cambio bachaqueado se vende entre 600 y 1000Bs. Así de terrible es la cuestión.
Según Datanalisis aproximadamente el 60% de las personas que hacen fila en los supermercados venezolanos, lo hacen para revender los productos. Pero no todos revenden a gran escala: unos revenden lo que les sobra o no necesitan. Otros se dedican a comprar y revender en la frontera e inclusive, viajan mas adentro de Colombia para vender sus productos. Otros cuentan con una plataforma que les permite hacerse de cantidades mas sustanciales de productos, los cuales son resguardados y que poco a poco son sacados del país, se habla de una mafia gigantesca que incluiría a militares y personas del gobierno venezolano, pero esos son rumores que nunca se han podido comprobar. Estos últimos cuentan con contactos en los supermercados e inclusive en las redes de distribución y consiguen mercancía en grandes cantidades.
La inflación descontrolada en Venezuela es una de las causas de que exista este mercado negro de productos de primera necesidad. La escasez es otra. Yo diría sin temor a equivocarme que la falta de conciencia y moral de la gente es también causante de este caos en el que vivimos.
La frontera
Para el momento de terminar de escribir esta crónica la frontera entre Colombia y Venezuela está cerrada en el estado Táchira por decreto presidencial venezolano. La situación de desabastecimiento es alarmante en todos los estados del país (guajiros solo hay en los estados fronterizos).
Los bajos precios de la gasolina venezolana y de los productos regulados han producido un incremento considerable de contrabandistas en la frontera que Colombia y Venezuela comparten. La campaña anti contrabando del gobierno venezolano empezó hace un año con el cierre nocturno de la frontera y con la deportación de algunos colombianos.
“Según cifras oficiales, esta campaña ha dejado 1.185 detenidos, 176 trochas inhabilitadas y 19.000 toneladas de productos confiscadas. Pero poco ha cambiado, porque el contrabando es un fenómeno estructural, dicen expertos.”(BBC Mundo).
A ciencia cierta no se sabe si estas nuevas medidas mejoraran o empeoran la situación fronteriza o si se podrá eliminar el bachaqueo, lo cierto es que hoy siguen las colas en las afueras de los supermercados del país, el dólar paralelo o negro sigue por las nubes y cada día en aumento y nosotros seguimos sufriendo la peor crisis de nuestra historia.
Y mientras, mujeres como maría, sufren día a día en las colas para comprar aunque sea un kilo de arroz y poder comer alguito en la mesa familiar.
(1) Wayunkerra: Las Wayunkerra son las muñecas tradicionales de las niñas Wayuu. Originalmente son hechas en barro.
(2) Atta: Hormiga de gran tamaño y color rojizo que ataca los cultivos.
Este texto fue escrito en Maracaibo. Agosto de 2015.
Los nombres y algunas situaciones fueron cambiados con fines dramáticos.
Imágenes: Modelo Guajira Leisy Sanchez. Ingeniero en petróleo de LUZ (una hermosa guajira blanca que tampoco bachaquea). Otras imágenes referenciales (BBC Mundo)
El texto es una cortesía para mi hermano de la UNICA Rafael Sulbarán.
Referencias:
http://wayunkerra.blogspot.com/
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150824_venezuela_colombia_frontera_deportaciones_ep
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