Venezuela está deprimida

Venezuela está deprimida

Necesitamos ayuda de verdad

 


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 Rafael David Sulbarán. Jefe editor


 

 

El país no es el mismo. Lo que conocíamos por Venezuela, bueno o malo para algunos ya eso no existe. En días recientes publicamos un artículo firmado por Miguel Ángel Landa que hablaba de un hoyo negro donde Venezuela está sumergida. Parece ser que en ese lugar no hay ni una ventana para ver la tormenta, o si el día se puso bonito. No se ve salida a la situación del país. Estamos deprimidos…claro, un buen número de venezolanos.

Según Wikipedia, la depresión «es el diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana. Los desórdenes depresivos pueden estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad». Creo que muchos de nosotros hemos pasado por esto, ya sea por un desamor, por la muerte de un familiar, porque te botaron del trabajo o tienes alguna enfermedad grave. Pero analicemos la cosa como país…Venezuela está deprimida (o deprimido como quieran). Hay sensación de incapacidad, hay un sentimiento de que no saldremos de esto nunca, que nada nos va a curar…y hay ansiedad por estar bien…por hacer mil cosas para estar bien. Esto es depresión.

 

La atmósfera es de pesimismo, de ganas de salir corriendo, de querer estar en otro lugar mejor…de olvidarse de todo en un instante. La depresión colectiva venezolana está peor que nunca. En el taxi la gente se queja de las extensas colas para comprar harina. En la cola de comprar harina María protesta porque estuvo 15 horas sin luz. Cuando se fue la luz, su hermano José se preguntaba cómo iba a hacer para pagar el recibo en próximo mes ya que no halla empleo. En la cola para pagar la luz la señora Fernanda preguntaba a una amiga dónde podría conseguir la pastilla de la tensión. En el hospital, luego de llegar por una convulsión a causa de la falta del medicamento, la hija de la señora Fernanda, dejó su carro estacionado, a los 5 minutos no lo vio más.

¿Cómo estar contento con esto? ¿Cómo no estar decepcionado? En estos días conversaba con mi primo Juan José Camacho y el reflexionaba: “A ver, hagamos un ejercicio. ¿Qué rubro del país no está en crisis?”  Obviamente no tuvo respuesta.

Cuando éramos felices y no lo sabíamos, nos quejábamos, decíamos que el país no puede estar peor. Hoy me pregunto si dentro de 2 años diremos lo mismo. Tal vez si lo hagamos, creo que aún falta por tocar en este fondo. Venezuela atraviesa su peor crisis y “si no es se parece igualito”, como dicen por ahí. Estamos viviendo los peores momentos de nuestra historia contemporánea, para nadie es un secreto…salvo algunos (que cada día son menos) los que tienen la venda en los ojos y aún no han caído al suelo luego de reventarse la burbuja socialista. Claro, también están los “enchufados”, los verdaderos vende patria.

Cuando le di forma al proyecto de Pluma Volátil, dije que no iba a meter la política…y lo estoy cumpliendo. Este no es un artículo pitiyanqui, apátrida y escuálido financiado por la CIA, este artículo está inspirado en la realidad venezolana, la cruda verdad de la calle, del día a día, del ambiente que nos rodea.

Solo en estas dos semanas, en mi familia ocurrieron 3 asaltos. Los tres de diferentes modus operandi…en nuestro grupo de Whatsapp se han desaparecido 5 números…y eso es solo en mi familia. En la calle de mi residencia a mi vecino de al lado le robaron su moto. A cinco casas de la mía, existe una feria de las baterías…donde los malandros consiguen los artículos fácilmente. Se han robado unas 100 baterías en dos meses.

Y esto es solo en mis alrededores.  Imagino que en el entorno de usted, fiel lector, es similar. Y definitivamente no todos los que leen Pluma Volátil son mis familiares o vecinos míos. Esto lo digo para que no interpreten este artículo así como que yo ando paranoico con una sensación de inseguridad impulsada por los medios (por cierto tengo dos semanas sin ver televisión), lo digo porque en el primer cuatrimestre del año, según publicó el diario El Universal (tal vez la última vez que lo hagan) citando una fuente extraoficial del Cicpc, se registraron 4680 asesinatos, esto da una proyección al final de año de 14.040 muertes violentas. Recuerdo una vez fui a un concierto de Los Adolescentes, y el club estaba full, como unas tres mil personas y yo decía Dios mío que gentío…imaginen eso es solo una parte la cifra de todos los homicidios hasta abril…me llevo a mi mente ese club full pero lleno de cadáveres.

Vivimos nuestro peor momento ¿Por qué lo digo? Porque mientras escribo esto, un tiempo aproximado de 20 minutos, un venezolano fue víctima de algún hecho violento (estadísticas del Observatorio Venezolano de Violencia), mientras busco la foto que acompañara este texto, asesinan a otra mujer trabajadora, al darle los retoques finales, otra chica es violada impunemente pasando a ser estadística y al compartirlo, un hogar sufre por la golpiza que recibió el joven de la casa al ser víctima de un atraco cuando llegaba de la universidad.

 

Entonces si esto es una sensación de inseguridad como expone la campaña oficialista, no me quiero imaginar si en verdad fuese inseguridad lo que vivimos.

¿Cómo no andar deprimido con esto? ¿Cómo no estar desesperanzado? ¿Cómo no perder el ánimo de seguir viviendo en esta tierra? Da dolor escribir y sentir esto, pero es verdad. ¿Cómo tener ánimos de iniciar un negocio si el gobierno te pone tres mil trabas, miles de papeles y te sanciona y se quiere mojar la mano por todos lados? ¿Cómo pretender darle forma a una familia si una casa puede estar valorada en todo tu sueldo acumulado en 15 años, un carro cuesta más que una casa, no hay ni pañales, ni leche?

El país está deprimido y no hay un psiquiatra cerca que nos de pastillas para calmar el dolor…solo hay algunas dosis tranquilizantes con nuestro humor dentro de las crisis y que ya viene el béisbol…pero necesitamos un buen médico que nos cure y nos lleve por buen camino, que nos saque de este hoyo negro. ¿Cómo? Tenemos que analizarnos nosotros mismos…y bueno, después atacar el problema, que está en nosotros mismos y…el gobierno, la oposición (y no votar más nunca por un militar).

Aquí les dejamos sus propios comentarios, gracias siempre por participar en nuestras encuestas.

La pregunta: ¿Cómo sienten el ambiente, la atmósfera del país? ¿Triste, pesada, deprimida? ¿O creen que todo está normal? Participen y se ganarán un Cri-Cri jajajajaja

Las respuestas:

Sol
Solange Rangel

Solange Rangel, sociólogo: “Si el Cri-Cri es de los grandotes podría ayudarme a paliar (al menos mientras lo saboreo) laangustia que me genera la situación del país y la tristeza de tener a mi familia desperdigada por el mundo, desde México hasta Singapur, a quienes se nos hace cada vez más difícil abrazarnos”.

 

Tío Toño
Antonio Castillo

 

Antonio María Castillo: “La situación de mi otrora bello país, la veo tensa y pesada, como un globo a punto de estallar”.

 

Rossana Durán
Rossana Durán

Rossana Durán: “Se siente deprimida e indiferente”.

Víctor Marín
Víctor Hugo Marín

Víctor Hugo Marín: “Mi hermano hay una razón por la cual me fui…y espero no tener que volver. Tengo muchas historias, la primera es: me compré un carro para que no me robaran en los buses de Caracas”.

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Con información de:

Obervatorio Venezolano de Violencia

Diario El Impulso

Diario El Universal

Wikipedia

Foto: Google.com

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4 comentarios en «Venezuela está deprimida»

  1. Ussss que te puedo decir hijo, que no lo deje plasmado en el otro artículo EL PAÍS DE LA NOSTALGIA…..nos quedaremos solo los cincuentones y ancianos….a los jóvenes que busquen un futuro afuera, simplemente hay que dejarlos ir y darles la bendición.

    1. Me inspiré en sus dos últimos artículos profe. Debemos encomendarnos a Dios y rezar por Venezuela a ver si salimos de este hoyo negro.

  2. Pues sí, el estado general es de abatimiento. La incertidumbre nos crea angustia. La mayoría de la gente no tiene las herramientas para analizar la realidad, de allí gran parte de su angustia. La incapacidad de los habitantes de los países subdesarrollados para entender la realidad como un sistema; parafraseando uno de los monólogos del protagonista de Memorias del subdesarrollo.

    Varias generaciones (dos o tres) que producto de la movilidad social y el ‘estado de bienestar’ rentístico dejaron de hacerse preguntas, dejaron de participar de la vida política, dejándole ésta a una clase política que nos tiene donde estamos. Reproductores de opiniones predigeridas en todos lados.

    La renta petrolera nos comió ‘el coco’. Crecimos como país alrededor de ella; muy poco fuera de ella. Dinero fácil, contratos con el estado, importar barato para vender caro, patrones de consumo entrando por puertos o en las maletas de gente pa’pagarlos en tres partes, un título nos dará lo mismo que a nuestros padres en una país que produce muy poco de lo que consume, qué graciosos los chistes de maracuchos supervivos, qué graciosas las publicidades de Cesar Augusto (Polar Light), mi hijo no va a ser un huevón (no se deje joder de nadie, si te pegan dale más duro)…

    Esto va para largo.

    Que cada quien se pregunte qué ha hecho y qué ha dejado de hacer en su área de influencia.

    Cuánto de nuestro poder hemos delegado.

    1. Por eso expongo que debemos analizarnos nosotros mismo a ver si logramos salir de este abismo. Todo ha sido culpa de nosotros mismos. Excelente reflexión Carlos, gracias por participar y compartir tu opinión en este espacio.

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