Una noche con «sexoadictos»

Una noche con «sexoadictos»

En medio de una orgía de confesiones


Nuestra reportera de Colombia, un día estaba muy aburrida, y se le ocurrió ir con un amigo a una sesión de «sexoadictos» en Medellín, lo que resultó en esta valiente crónica, donde tuvo que decir que tenía deseos un poco distintos a muchos


Por: Yenifer Estrada. Corresponsal Colomb12666422_1209807745699587_1266971488_nia.


Era lunes en la noche estaba aburrida en mi casa y de repente llegó mi amigo Abdiel, no teníamos nada interesante que hacer, estábamos en la cocina comiendo cuando de un momento a otro resultamos hablando de sexo, era algo extraño que se diera esa conversación y ese fue el momento exacto para recordar que hacía unos días había visto un cartel que decía “REUNION DE SEXOADICTOS ANONIMOS los lunes a las 7:30 pm” la curiosidad me evadió en ese momento y claro tenía que ir, me entró una rara necesidad. Mi amigo al principio no estaba de acuerdo en ir, pero finalmente terminé convenciéndolo.
Arrancamos nuestro camino con un sinfín de preguntas ¿Si son enfermos sexuales por que se reúnen hablar de sexo? ¿Cómo se reconocen a sí mismos como adictos al sexo? Mil preguntas de este tipo pasaban por la mente hasta que llegamos a nuestro destino.
La oscuridad y soledad era la única compañía de ese lugar, pensábamos que era el día equivocado o no había ninguna reunión. En ese momento llegó una mujer troza de cabello largo con su vestido de enfermera, acompañada de un hombre delgado de unos 55 años, ojos verdes, con bigote y se sentaron en un muro a conversar.
Nosotros los mirábamos disimuladamente sospechábamos que eran ellos y yo dije – Abdiel será que son ellos, ¿vamos a preguntar? Mientras él se negaba rotundamente por que le daba pena yo ya me estaba acercando a saludar.

  • Hola ¿ustedes vienen para la reunión? 
  • ¿Para cual reunión niña? .- Me respondió la mujer a la defensiva, como si me hubiera metido a la boca del lobo.
    – ¿Abdiel para cual grupo era?. Tartamudeando y con sudor en su mente respondió: “No se Yeni yo no me acuerdo era algo sobre sexo” inmediatamente nos bombardean a preguntas.
    – ¿Sexo adictos anónimos o sexólicos anónimos? ¿A ustedes quien les contó? ¿Ustedes son adictos al sexo?Jumm lo único que se me paso por la mente fue decir que había venido acompañar a mi amigo porque él ya me había contado de sus problemas sexuales, cosa que no es cierta paro el objetivo era estar en la reunión
  • -¿Pero niña usted también lo es?, porque si usted no es adicta al sexo no puede entrar ya que es un grupo muy cerrado.
  • Pues si yo creo lo soy.
  • Cuénteme ¿usted que hace con su adicción? ¿Cuáles son sus síntomas y problemas? Es que nos tiene que decir porque primero tenemos que saber que si tenga la enfermedad para que pueda entrar
    Jumm mientranstando se me inundaba la frente y la nariz de sudor, ¿ahora yo que me invento? Pensaba yo, y lo primero que se me vino a la mente fue – yo soy gerontofílica (que me gustaba tener sexo con personas de 60 años en adelante) le respondí con una voz temblorosa.
  • Ah bueno pueden pasar, pero van a escuchar cosas muy fuertes eso les advierto.

Nos dirigimos al lugar de la reunión, nos sentamos en círculo a mi lado izquierdo tenía un hombre bajito moreno, un poco gordo con un olor desagradable, era ingeniero civil y al lado derecho a mi amigo. Empezó la reunión y como éramos los «nuevos» nos presentaron muy formalmente tuvimos que compartir nuestra “experiencia” y era lo que saliera de la mente en ese momento.

  • Hola soy Yenifer y soy SEXOADICTA.- Cosa que ni yo misma creía pero tenía que decir que me gustaban los ancianos porque ya había dicho eso para poder entrar.
    Hola soy Abdiel y soy SEXOADICTO, todos los días veo pornografía y me masturbo. 

La incomodidad de nosotros se notaba al lado de la aceptación y frescura de estas personas. Después de nuestro compartir se hizo realidad lo que la enfermera dijo sobre las historias FUERTES y era desolador ver a estas personas en esa situación.
Primero habló un hombre de muy bien vestido con camisa de manga larga, pantalón y zapatillas de unos 36 años, desde sus 13, empezó con la masturbación y la pornografía que se fue convirtiendo en una adicción que día tras día lo consumía hasta que tuvo relaciones sexuales, y ahí se sometió más a este vicio hasta el punto de abrir las redes sociales para imaginarse a las chicas en situaciones sexuales mientras estaba en su oficina. Salía a la calle a “rondar” así es como le dicen al salir a conseguir quien le supliera su necesidad. Todo esto lo revolvía con alcohol que también se convirtió en su adicción. Las visitas a los burdeles eran todos los días y su salud empezó a cambiar, poseía dos enfermedades de trasmisión sexual al saber de ello, la tristeza y la depresión se convirtieron en su diario vivir inundándose de rencor. “¿Por qué me tenía que pasar a mi si hay tantas personas en el mundo? Como a mí me pegaron esto a mí no me importa si las personas que estén conmigo se infecten, igual me voy a morir”, dijo, pero por lo menos estaba reconociendo que lo hacía.
El segundo fue en hombre de bigote que acompañaba a la enfermera, tiene tres enfermedades de trasmisión sexual que se lo están consumiendo poco a poco, era el que más avanzado estaba en este proceso de SEXOADICTOS ANONIMOS que es un proceso igual al de alcohólicos anónimos, un espacio para reconocer su enfermedad que es física, psicológica, mental y espiritual trabajando a través de un plan de doce pasos que compende lo siguiente:
1 Admitimos que éramos impotentes ante el sexo, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.

2. Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.

3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado del poder superior, como nosotros lo concebimos.

4. Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.

6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos.

7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.

8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos.

9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.

10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.

11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente Que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.

12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a los adictos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
A través de esto se realiza un proceso de autoanálisis, desahogo y abstinencia a la enfermedad superándose paso a paso.
Después le tocó el turno a la mujer, era la única que asistía aparte de mi. Sus palabras me hicieron derramar lágrimas.
«Hola soy adicta al sexo: actualmente estoy empezando a trabajar en una clínica porque de mi anterior trabajo me echaron porque me encontraron masturbándome. Cuando me tocaba turno de noche yo siempre me quedaba viendo TV los canales donde mostraban un poquito de sexualidad, me excitaban mucho inmediatamente me iba a ver si encontraba en los pasillos a alguien con quien saciar mi excitación. Yo realicé una evaluación de porque era así , miraba las fotos de cuando era niña siempre me estaban cargando los hombres y recuerdo que me tocaban las piernas eso me hizo despertar como ser sexual. En este momento de mi vida me siento muy mal porque se murió mi papá y no pude acostarme con él, toda la vida el me gusto pero nunca tuve la oportunidad de estar con él porque siempre estaba con mi mamá y por eso despertó un odio profundo en mí, sentía celos, rabia hoy en día no le hablo».
Sus lágrimas inundaban su rostro la desesperación se le notaba, yo sentía tristeza e impotencia de no poder hacer nada por ella… siguió contando su historia.
«Yo a causa del odio a mi mamá le cogí rabia a las mujeres pero yo no me entiendo a mí misma ya que me gustan, soy la única mujer que no se valora por qué se va para una montaña en la noche para que la viole un desconocido, soy la única mujer que le gusta que la violen, que la amarren , que la secuestren y le hagan daño, es una situación incómoda estar con esta enfermedad ya que no me puedo subir al metro porque el solo rose me alborotan las hormonas, yo busco los hombres mayores sobretodo cansos para estar con ellos y pensar en mi papá».
Estas personas se moderaban al hablar, algunos no contaban tantos detalles de sus experiencias sexuales, solamente trataban de decir palabras claves como adicción, enfermedad, hasta que llegó un joven de 20 años de edad con antecedentes de drogadicción y alcoholismo. Nos contó que nunca había tenido una experiencia sexual como tal, pero que era adicto al porno y la masturbación, ponía a su perro a que le hiciera sexo oral, tocaba a su hermanita de 6 años aprovechaba cuando estaba dormida o no había nadie y cuando no estaba la recordaba oliendo su ropa interior, le gustaban los travestis, empezó a decir cómo se imaginaba su experiencia sexual detalladamente e inmediatamente todos las personas empezaron a desesperarse .

La ansiedad de estas personas los iba invadiendo, movían sus pies con desesperación, se miraban unos a otros, se tocaban la cara y hasta sudaban, fue el momento más incómodo y más desesperante que pudimos tener durante la reunión. Menos mal no se les ocurrió hacer una orgía allí, y lograron controlarse, dominaron sus demonios en ese momento. Estaba decidida a irme pero la impotencia, tristeza y lastima de no poderlos ayudar en su proceso de recuperación también no se puede negar que el voyerismo como ser humano ayudaba mucho a que me quedara analizando a estas personas de pies a cabeza.
Todas las personas que estaban ahí era profesionales de estrato 4 y 5 aproximadamente que viven en los mejores barrios de Medellín, uno de ellos es docente universitario en una de las mejores universidades de Colombia, esta es la muestra de que cualquiera de nosotros puede poseer una adicción que es la consecuencia de la falencia de algo.

Luego de esa sesión, me quedaron ganas de volver, de tratar de orientarlos, y bueno, también tratar de definitivamente no ser cómo ellos. Luego les cuento si regreso.


 

3 comentarios en «Una noche con «sexoadictos»»

  1. falla la puntuación, por lo demás es bien poco atinado dar a conocer un mundo del cual ellos te hicieron parte pero que no saben que ibas a publicar, muy feo lo que hiciste.

  2. lo que pasa en las reuniones de adictos no se debe compartir y menos de esta forma. Es un espacio seguro y te haz aprovechado de la confinaza que se te otorgó.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.