Muchos no están preparados para los que lucen diferente
Cuesta creer que en pleno Siglo XXI aún existan casos de discriminación por algún tatuaje o “modificación corporal” y, peor aún, que esto pueda afectar la estabilidad laboral del que lo posee. Sea cual sea tu profesión o la actividad que realices o el sitio al que vayas, llevar un tatuaje significa que mucha gente te va a juzgar, criticar o etiquetar
Por: Maigelith Serrada.
Administradora. Obsesiva.
Madre de tres terremoticos.
Muchos simplemente juzgan por los “valores” preconcebidos en casa, es decir, si su familia cree que las personas con tatuajes son criminales o drogadictos, automáticamente esta persona va a tomar esa creencia como suya y cada vez que vea a alguien en la calle con un tatuaje le juzgará y hasta saldrá corriendo despavorida si se cruzó con alguien que esté lleno de tatuajes y además piercings, rastas o cualquier estilo que no sea el que le enseñaron en casa.
Un poco de historia
Tatuaje, tatoo, pintura corporal permanente, marca, llámese como se llame esta es una forma de expresión que practican cada vez más y más personas a nivel mundial y que no es precisamente una moda, o algo que se haya impuesto en los últimos años. Los tatuajes son una cultura milenaria y de cuya existencia se tiene conocimiento que ya en el Neolítico se practicaba, es decir, unos 7 mil años antes de la era cristiana ya había humanos caminando sobre la tierra con alguna marca que representara bien sea la tribu o región a la que pertenecía o algún tipo de símbolo que le hiciera especial y diferente del resto. (1)
La palabra “tatuaje” proviene del idioma samoano que se habla en la región polinesia y significa ‘golpear el hueso’, porque originalmente se tatuaba con huesos pulidos. Es el pueblo polinesio el que posee el mayor apego cultural hacia los tatuajes ya que para las tribus de la Polinesia esta costumbre tenía un significado religioso y se iniciaba desde la niñez a cubrirse el cuerpo con tatuajes porque así, al llegar a la vejez, el cuerpo debía estar tatuado de pies a cabeza. Su creencia sostenía que, si el cuerpo no estaba completamente cubierto con estas marcas, al morir una temible hechicera se comería los ojos del difunto, quedando su alma ciega y sin poder así hallar el camino a la inmortalidad. Si alguien fallecía joven, parte fundamental del ritual de despedida era completar sus tatuajes.
Los antiguos egipcios también adoptaron esta costumbre de adornar su cuerpo pero ellos lo hicieron como un ritual a modo de ofrenda a sus dioses. Practicado entonces principalmente por mujeres en un acto de demostrar su valentía y madurez ante la sociedad y sus líderes religiosos. A diferencia de los egipcios, los antiguos romanos y griegos adoptaron la dolorosa práctica del tatuaje como una marca para identificar a criminales de la época. Todo esto hasta que el cristianismo fue eliminando paulatinamente su uso y luego el decreto emitido por el emperador Constantino (primer emperador cristiano de Roma) prohibía estrictamente este tipo de marcas, sea cual fuere su significado.
En los últimos siglos se ha difundido esta costumbre gracias a los marinos que llegaban a la Polinesia quienes descubrieron esos dibujos en el cuerpo y quedaron maravillados. Aprendieron así este arte de parte de los nativos para luego practicarlo a bordo, mostrarlo y extender su práctica en cada puerto al que llegaban. De esa manera se difundió primeramente entre marineros, para luego popularizarse a nivel mundial.
Actualmente es muy común ver tatuajes por todos lados, desde chicos que lo adoptan como una moda juvenil, pasando por aquellos que se tatúan por algún sentimiento, conmemoración o recuerdo, hasta aquellos que han hecho de la tinta en la piel un estilo de vida.
Arte y desastre
Para dedicarse al arte de tatuar se debe primordialmente ser un artista, no simplemente saber dibujar o saber usar la máquina tatuadora, no, debe ser un artista en toda la extensión de la palabra. Los trazos, líneas, rellenos deben ser perfectos, se debe capturar la esencia de lo que desea el cliente, un tatuaje debe tener alma, porque a nadie le va a encantar pasar el resto de la vida mortal con un dibujo que no quedó como esperaba o que simplemente es un desastre. Imagínate que pides el dibujo de un hueso y el resultado parezca un pene, o que pidas un paisaje y acabes con una mancha que parece vómito. De esos casos existen muchos, inclusive algunos artistas se dedican a cubrir los tatuajes que no salieron bien. Nuestra recomendación: si decides hacerte uno recuerda que es algo que estará contigo el resto de la vida, por lo que debe tener un significado importante, debe gustarte realmente y ser una imagen que al pasar del tiempo permanezca vigente para ti (por favor no más imágenes de Tazmania jugando básquet). Debes hacerlo con un profesional del tatuaje y presentarle a este una idea muy clara de lo que quieres. Y si es un retrato debes procurar ir con un tatuador que sea especialista en retratos no vayas a terminar con la imagen de cómo se verá tu bebé cuando sea un anciano. Es importante tomar en cuenta como lucirá el área a pintarse dentro de un tiempo porque esa mariposa que te dibujaste en el vientre puede terminar viéndose como un murciélago de pesadillas en cuanto pases los 60.
#LasAparienciasEngañan
Recientemente se creó una campaña publicitaria en las redes sociales con el hagstag #LasAparienciasEngañan como protesta al sentido prejuicio que significa para muchos este arte corporal. Creada por el fotógrafo español Oscar Quetglas, quien también es diseñador gráfico y un amante de los tatuajes, “Las apariencias engañan» es una propuesta para demostrar que las personas no cambian o son menos profesionales por llevar tatuajes. Lo que trajo al tapete fuertes cuestionamientos acerca de la discriminación laboral que existe en muchos países, incluido los de Latinoamérica, donde inclusive han tenido que promulgarse leyes para evitar que los tatuajes resulten en un causal legal de despido, como ejemplo tenemos la ley n° 1897/05 de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en donde se encuentra todo lo que tiene relación con la regulación de las modificaciones corporales y para el caso de México, la Ley General de Salud. (2)
En Venezuela es particularmente un tema tabú el asunto de los tatuajes, de hecho, en el 2014 se promulgó en Gaceta una
norma que reza textualmente: «Queda terminante prohibida la aplicación de tatuajes en zonas de la cara, cuello, antebrazos, manos y genitales», avivándose así la discriminación laboral a este respecto. A tal punto que es muy común que el poseer un tatuaje vistoso puede resultar en la pérdida del empleo, inclusive se limitan a no contratarte alegando motivos absurdos. Tal fue el caso de Miguel, un joven educador zuliano que desde muy chamo se inclinó por este arte y empezó con tatuajes bastante pequeños y discretos, terminó por hacérselos cada vez más grandes y vistosos. Aunque con una simple camisa manga larga los puede tapar y nadie los notaria, para él llevar su piel pintada es algo tan natural que no los cubre, pero en su trabajo como maestro en un colegio católico no resulta para nada normal ni natural el que alguien lleve estas marcas. Como es un excelente docente y muy querido por sus alumnos, la directiva el colegio por medio de su supervisor directo empezó a presionarlo exigiéndole más trabajo que al resto de los maestros, en lapsos menores de entrega y cada vez le ponían pretextos y obstáculos para alcanzar las metas propuestas en el trabajo. Para una actividad navideña en la escuela debía asistir con camisa manga corta, por lo que quedaron a la vista sus tatuajes. Al otro día estaba desempleado. Miguel nos cuenta que: “Fue muy duro asimilar lo que estaba pasando, llegué a ese colegio con las mejores recomendaciones, trabajé y me esforcé al 100% y no fue suficiente. El hecho de poseer un tatuaje en el brazo era algo imperdonable para la directiva del plantel. Simplemente a esa cultura no se le permite coexistir con la estricta educación de los colegios católicos venezolanos”. Eso no significa que haya faltado en algo a ninguna norma interna de la institución, tampoco que haya sido un mal ejemplo de conducta para sus alumnos, pero poseer un tatuaje es un motivo de discriminación. No hay tolerancia en un mundo lleno de diversidades y, como decía al principio, es algo tan irónico en pleno Siglo XXI.
La encuesta
Preguntamos vía Facebook: ¿Que opinan de los tatuajes? ¿Existe discriminación para la gente que tiene tatuajes? ¿Afecta la imagen del profesional? A las mujeres tatuadas ¿no se les toma en serio?
Rafael David Sulbarán, respondió: «Si, existe discriminación para los tatuados. Es un prejuicio muy errado que se toma, porque el estar tatuado, no significa que seas un malandro, drogadicto sin oficio, simplemente es una persona común con un gusto diferente.
Adriana Briceño dijo: «No las discrimino pero la verdad que no me gusta, a mi parecer es una profanación del cuerpo, pero cada quien con sus gusto».
Jose Enrique Valbuena Arria expresó: «Llevar un pensamiento un signo…un retrato….se podría visualizar como estilo de vida, el cual lo hace indudablemente una cultura….es discriminatorio porque es notoria …la biblia habla en el apocalipsis de la marca….habla de que el tercer ángel preguntará quién ha recibido la marca que lleva la bestia en su frente…..mas sin embargo a mi interpretación al Dios habernos hecho a su imagen y semejanza la marca del cristiano esta en el corazón, como habla el gálatas……..nuestra sociedad habla de profanar y dilucidar sobre esto…..y siempre será muy evidente sobresalir entre la gente con un dibujo en el cuerpo….mis respetos a este tipo de culturas….sin embargo mi mente me dice que debo vivir como dios quiso……lo mismo pasa con las prótesis y otros artefactos usados para el mismo fin verse bien…..entre otras cosas…….una pregunta de controversia mi estimada».
Por su lado Mercedes Aminta Casilla Ramirez contó: «Pienso que es algo cultural el discriminar, criticar y juzgar a las personas tatuadas…es algo que ha pasado de generación en generación decir que está mal…para mi es simplemente ser un lienzo con su cuerpo donde se expresa muchas cosas de la vida de la persona…es dar a conocer al mundo un hecho…y es como todo en la vida a unos les queda bien y a otros no….particularmente admiro mucho las personas que se tatúan….».
Muchas cosas son las que se dicen y se creen acerca de esta cultura de pintarse permanentemente la piel, para algunos algo normal para otros un motivo de escándalo, algunos pasan de ello con indiferencia, lo cierto es que aún usamos demasiadas etiquetas para los que no piensan o no se ven “normales”. Deberíamos aprender a mirar más allá de nuestras narices y entender que las diferencias nos hacen únicos y especiales, además, la vida es tan aburrida sin ese toque de caos y locura que tienen algunos… como decía Salvador Dalí: “Declaro la independencia de la imaginación y el derecho del hombre a su propia locura”.
Este texto fue escrito en Maracaibo. Enero de 2016.
(1) Fue por un hallazgo, en 1991, que se pudo determinar gracias al cuerpo momificado de un guerrero encontrado en un bloque glaciar en los Alpes austro-italianos, que ya en el neolítico, es decir, entre siete mil y cuatro mil años antes de Cristo, las personas se tatuaban. Se considera a este el primer registro histórico de la práctica, reemplazando así a Amunet, cuyo cuerpo momificado en el Antiguo Egipto había sido hasta entonces la prueba más antigua de la actividad http://www.tlctv.com/tatuajes-una-practica-milenaria-que-atraviesa-la-historia/
(2) Ley General de Salud: En esta para el año 2004, se aprobó por parte de la Cámara de Diputados todas las reformas que regulan todo aquello que tiene que ver con las modificaciones corporales en México http://www.batanga.com/bodyart/4087/leyes-sobre-tatuajes-en-mexico
Referencias