«San Benito lo que quiere, que lo bailen las mujeres»

«San Benito lo que quiere, que lo bailen las mujeres»

La segunda procesión más grande del país


Empezamos este 2016 con mucho ánimo, con tambor, alegría, baile, licor, bonitas mujeres, pero con mucha fe y devoción. San benito nos recibió en Ambrosio para este debut en un año que esperamos sea de más crónicas y más lectores como ustedes


Por: Rafael David Sulbarán. Periodista

No ha visto la úlTwittertima

de Star Wars. Tampoco Armageddon

 


Cuando chamo a mi no me gustaba ir a las fiestas de San Benito. ¡Y eso que pasaban por todo el frente de mi casa! Yo vivía en la calle San José, en pleno centro de Cabimas, y claro, no sé si es porque pasaba muy temprano la procesión un 27 de diciembre o un primero de enero, o era por el sol o porque no me gustaba ver tanta gente reunida, en verdad no sé porque no me gustaba. Pero ya cuando empecé a crecer, a ver la vida diferente, le empecé a tomar cariño a la celebración y una fe enorme al protagonista: San Benito.

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Ya en esos años, que comenzaba mi etapa avanzada en  a adolescencia estaba experimentando la socialización, y la procesión era un sitio ideal para conocer gente. También para poner a prueba sobre mi resistencia física. Para que tengan una idea, el recorrido de la fiesta, te puede llevar a caminar más de 40 kilómetros, caminar, o bailar, como prefieras.

Es casi una maratón completa dónde debes incluir el sol zuliano, con unas temperaturas de hasta 40 grados centígrados, caminar acompañado de más de 300 mil personas y estar preparado para que te den pisotones, empujones, codazos, te bañen de ron, cerveza, agua, miche, lo que sea…en fin…definitivamente te debe gustar mucho o ser muy devoto del santo para participar en ella…y bueno, ya vemos que a muchos les gusta porque es la segunda peregrinación más grande del país después de la Divina Pastora en Barquisimeto, estado Lara.

Echando el cuento

Ya el aguante no es el mismo de antes, no. Pero en este comienzo de año, decidí tomar fuerzas y caminarlo un rato para sacar esta crónica. Pero primero quiero explicar de qué se trata todo. Ya en los anteriores párrafos describí un poco las características del recorrido, pero ahora quiero enseñar porqué o la razón de ser en breves palabras.2

En los pueblos del sur del lago de Maracaibo en los siglos 17 y 18, tal vez antes, los negros esclavos recibieron la «evangelización» por parte de los españoles que como sabemos, andaban loquitos por acomodarnos a sus costumbres, y bueno, sabemos que lo lograron a la fuerza. El grupo de esclavos debía tener su santo, su imagen, su protector, y esa misma imagen era San Benito, el primer negro canonizado (fue en el siglo 19), y bueno, entonces San Benito se convirtió en su abogado y mientras se popularizaban las ofrendas con tambores africanos, se regaba la tradición de celebrarlo en los pueblos lacustres. A Cabimas llegó por agua y se enraizó en el mismo siglo 19. Por allá en 1922 el reventón del pozo Barroso II lo metió en el corazón de Venezuela, ya que se dice, que fue un milagro de San Benito que paralizó el estallido de casi un millón de barriles de petróleo expulsados al cielo.

Entonces, ya con una iglesia y una feligresía mejor constituida se empezó a celebrar formalmente la fiesta, pero solo era una vez al año, para el sector La Rosa o para Ambrosio. Cada año los vasallos se disputaban el derecho de cargar la imagen, entonces lo secuestraban, y lo perdían por varias horas, frustrando muchas veces la procesión. Luego, por decisión de la recién formada Diócesis de Cabimas, se forjó la división de la fiesta, realizando dos peregrinaciones, una el 27 de diciembre y la otra el 1 de enero, alternando la visita para cada recorrido.

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Muchos años se mantuvo así, pero el peso de llevar una fiesta de esa envergadura el primer día del año, donde mucha gente se queda en casa compartiendo, muchos van tomados amanecidos y varios sucesos sangrientos que la protagonizaron, llevaron a las autoridades eclesiásticas a cambiar la fecha para el 6 de enero, y la cosa ha funcionado muy bien así hasta ahora. Claro, con sus altos y bajos.

El recorrido

Para que se ubiquen, la procesión de San Benito como expliqué se divide en dos, una para La Rosa y otra para Ambrosio, donde hice este trabajo reporteríl. Se inicia desde la Catedral, pasando por el casco central, hacia el terminal de Cabimas, luego toma la Avenida Andrés Bello, pasando por importantes plazas como El León y la Plaza Chimbanguele, donde el santo hace un encuentro especial con la estatua que está allí, luego sigue hasta La Misión donde da la vuelta y entra a La Calle Igualdad y Democracia, para terminar en La Rosario y finalmente la Catedral.

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A las 7:00 am es la misa. Esta vez llegué como 15 minutos antes, armado con mi morral lleno con un paño, un termo con agua, mi celular, libreta, bolígrafo y con mucho ánimo de reseñar todo. He ido muchísimas veces, pero cada año veo algo diferente. Por ejemplo, esta vez observé bien de cerca la férrea lucha que llevan los «Cargadores» a la hora de recibir la imagen del santo una vez culminada la misa. Estos cargadores, son como los servidores de María, son los encargados de llevar la imagen en procesión, pero se dividen en varios grupos, «Los Pelo Amarillo», «Los Pelones» entre otros, que luchan por cargar a San Benito, y bueno, se alternan también, ya que es un recorrido que dura más de 12 horas, con una imagen que pesa hasta 100 kilogramos.

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En esa salida la pelea por el control el santo los lleva a empujarse, a pisotearse, muchos se caen, pero la mayoría son de contextura gruesa y altos, casi unos atletas pues, que tienen la resistencia física para aguantar el trote, y los miles de litros de ron que reciben gracias a San Benito. Víctor Pérez es uno de los cargadores, tiene más de 5 años dentro del grupo,y nos comentó sobre su experiencia.

«Un mes antes empieza la organizacion por ejemplo pintar las imagenes que estan en la vía, otro ejemplo es pintar o retocar la imagen de la iglesia que siempre se retoca porque el ron le quita mucha pintura«, Víctor reside en el sector Ambrosio desde que nació y se formó en medio de muchos devotos sanbeniteros. Esta figura de los cargadores, para muchos no es muy atractiva, ya que prefieren que el pueblo mismo sea el que lo lleve, pero Eduardo Atencio Ochoa, director de los Vasallos Los Ochoa, una de las agrupaciones de chimbangueles más antiguas de Cabimas, opina que es un mal necesario. «Ya en estos tiempos la procesión se ha vuelto un poco desorganizada, la gente desea agarrar el santo y hacer lo que quiera, y bueno, ahora gracias a estos cargadores se ha tomado más control», me comentó Ochoa unos días antes cuando le entrevisté en su casa.

Ochoa alega que algunos de estos grupos, llevan el santo hasta donde ellos desean, y desvían el recorrido, lo que no es muy bien visto por los tradicionalistas o la misma iglesia. Se comenta que hasta lo encierran en casas donde hacen rituales ( En el recorrido para La Rosa).

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Pero Víctor si defiende a su grupo, e imagino que muchos lo hacen. Los Cargadores también ponen su grano de arena.

«Cada uno aporta la cantidad que cada uno pueda para la logistica del agua y se coordinan los puntos de hidratacion donde van a ir las aguas donadas o compradas con lo recaudado, entre otras cosas», puntualizó Víctor.

Entonces aquí, en esos primeros minutos de la actividad, la atención se centra en la entrega de la imagen, los tambores, el gentío y el olor a ron que se mezcla con los gritos y la emoción del inicio de la peregrinación. En esos instantes luego de la toma del santo, me adentré al la procesión, cámara en mano me mezclé con la gente y los chimbangueles. La gente a mi lado va bailando, saltando al ritmo del tambor, unos van hidratándose, otros rezando, cantando y otros tomando ron, mucho ron, que es protagonista del recorrido.

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Ropas coloridas, gente disfrazada, un gay disfrazado de arlequín, los Tres Reyes Magos, muchos pagando promesa hasta descalzos, todo eso te consigues en San benito…ah y muchos shortcitos.

Los shortcitos

San Benito lo que quiere, es que lo bailen las mujeres…de pana. Screenshot_2016-01-10-14-33-03Parte del encanto de la celebración se centra en la belleza de la mujer zuliana. Es uno de los verdaderos motivos para este joven que conversó conmigo mientras esperaba la imagen del santo en la plaza de los chimbangueles, visite San Banito. José Graterol tiene 18 años y es tercera vez que asiste a la fiesta, o el tercer año pues…«Desde los 15 vengo con los panas, y en verdad esto siempre es un mollejero, pero uno la pasa muy bien, se viene a compartir con la gente a beber mucho, rezarle al santo y ver muchas mujeres buenas», esto fue lo segundo que me dijo José, pero lo primero fue: «Vergación mirá pa allá, ve eso, allí me caso como 500 veces con ella», expresó al ver una linda morena con un leggins pegado y unos lentes que seguro Elthon John tiene en su colección.Shorcitos van y vienen, y bueno, también los leggins, con falditas, jeans pegados y monos ajustados…la belleza de la mujer zuliana se deja ver en exceso en San Benito y es uno de los atractivos de la fiesta. Muchos, van motivados al disfrute con ellas y «chancear» como dijo el pana José, «muchas están en el mercado y como uno también está, es una ocasión propicia para conocer y chancear», que sería la traducción de flirtear.

Quise conversar con algunas de esas chicas shortcitos, pero ninguna me paró…total jajaja.

Los vendedores   

El ron es un protagonista también. Y por supuesto, la fiesta es propicia para que mucha gente se lucre con la venta de litros y litros del licor de caña. Con la cámara  me acerqué a un vendedor, que se tapaba la cara, pero que sin embargo me ofrecía la venta. «Chamo aquí tengo ron Cacique, si queréis te hago una rebaja, pero apaga esa cámara», yo la tenía apagada, y en realidad no sé por qué se ocultaba…pero igual no dejó de ofrecer, pero no me quiso decir el precio.

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Seguí caminando y una cuerda de viejitos me vieron cara de borracho y me dijeron: «Cacique, Cacique chamo», a mil 800 bolívares...en verdad, esperaba más cara la botella, por lo menos unos 3 mil, considerando la especulación que reina en estos días y más en esa fecha.

Los vendedores de cerveza también hacen su agosto. Una cerveza la normal de 230 ml, te la venden en un vaso con hielo entre 70 y 100 bolívares. Le pueden sacar a una sola caja el 100 por ciento de la ganancia como máximo. También se ofrecen las cervezas de tercio, esas las vi entre 100 y 120, algunas en combo de tres por 250.

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El agua también está. El único vaso que compré me salio en 20 bolívares y era más hielo que agua, un vasito de esos de fiesta pequeños. Pero también hay quienes las ofrecen en botellas de plástico más grande  o en bolsitas. también hay té. La comida también reina, pastelitos, hamburguesas, tequeños, arepas, mango con sal, chucherías..de pana hay de todo y San Benito es un gran día para vender hasta a tu suegra.

Promesas

«San Benito es muy cobrón, tienes que cumplirle porque sino te va a cobrar», me dijo una señora que llevaba a su santo en miniatura. Yo le pregunté cuál era su petición y me dijo: «Pido por todo esto, por todas las personas que están aquí, por el futuro del país y por tu salud muchacho», esa señora no me dio su nombre pero me alegró con ese comentario.

No todo es rumba, licor y mujeres en San Benito, los rezos y las promesas también están…y desde bien temprano. La misa arranca a las 7:00 de la mañana y los fieles están desde las 6:00 algunos, para agarrar un buen puesto.

En la caminata, te puedes hallar gente de todas las edades con diferentes propósitos en la vida, pidiéndole al santo italiano que los guíe, que le curen a una tía, que no los atranquen más, que tengan mucho dinero, que les llegue un trabajo, que compren una casa…

Precisamente por una casa, mi familia lleva varios años repartiendo agua gratis en una de las esquinas de la calle Igualdad, por donde el santo pasa luego de las 3:00 de la tarde. Mi tío político, Argenis Meleán, economista y profesor universitario, fue el que impuso esta tradición. Ya son 17 años, desde 1999, el se dedicó a cumplir la promesa de regalar agua en San Benito si conseguía una casa propia «Y bueno, precisamente me dio una casa por donde pasa él, a partir de allí tomé la determinación de regalar agua, y ¿por qué agua? porque a nuestro señor Jesucristo, en su pasión, le dieron fue vinagre y el pidió agua», esto me lo dijo Argenis durante la repartición de 3500 bolsitas de agua en esta ocasión el pasado 6 de enero.

 

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Ya el punto es tradicional, ya la gente sabe, e inclusive, los cargadores con la imagen paran unos minutos para saciarse de líquido y dejar que nosotros apreciemos la imagen y lo bañemos con nuestra agua. Y hablo en primera persona porque es mi propia familia, y que participa toda. Nos involucramos muchos, bajo varias tareas, llevar las bolsas, organizarlas, repartir, calmar a la gente, servir el hielo, cuidar de todos. Nos colocamos en un camión o una camioneta, como sea que el santo nos lo permita, y allí realizamos la labor, también compartiendo con vecinos y amigos.

«Al principio iba a ser solo el año que compré el apartamento, luego me gustó la cosa y decidí hacerlo por tres años»,  comentó Argenis, pero Gilberto Nava, mi primo, motivó a que no hiciera una larga tradición «¿Hey por qué no hacerlo todos los años?, esto es muy bueno», le comentó Gilberto y bueno, gracias a él la promesa sigue. Y somos de los pocos que repartimos agua, o algo gratis en la procesión.

El final

Ya luego que el santo pasa por la esquina de mi familia, entra en la etapa cumbre, ya en la tarde con poco sol, mucha gente ya viene cansada, otros borrachos…y es cuando toda la gente que no pudo sumarse temprano, se acerca para bailar al santo al son de los vasallos. Entra la noche y las calles más tradicionales de Ambrosio como la Igualdad, la Democracia y la Rosario reciben a estos fiesteros, a los que más han aguantado, a los más fieles.

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Se acerca San benito a su lugar de origen, de donde se escapó a las 7:00…más de 13 horas. Son las 10:00 de la noche y los fuegos artificiales anuncian que viene cerca…el golpe del tambor lejano alerta a los presentes y al grupo de 60 efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana que custodia la entrada de la Catedral, que tiene media hoja de la puerta abierta, con las luces encendidas adentro. El capellán aguarda, las mil personas presentes, quieren recibir al santo y despedirlo hasta el 27 de diciembre.

Llega un golpe de chimbangueles, penetra el circulo de la GNB, entran solo ellos y algunos privilegiados, bailan solos, sin San Benito que no llega…

Ya viene otro golpe, allí viene más gente, más ruido, más alboroto…viene el santo negrito. Entra con sus cargadores extenuados al espacio cerrado por los guardias, los vasallos tocan más duro, las campanas de la iglesia suenan, la gente grita y canta, baila, salta. Hacen el amago de entrar a la iglesia, lo devuelven…la gente pide que no lo metan, siguen brincando, brincando…se acercan a la puerta, se devuelven, dan círculos, como burlándose del capellán que quiere al santo en su sitio..los cargadores no quieren, la gente tampoco, vuelven a amagar y la policía que también protege al santo se pone brava, los guardias también, van como 10 minutos de esa jugada y bueno finalmente entre gritos y campanadas, San Benito entra, la puerta se cierra, pero el reflejo de la silueta y el sonido se queda aquí adentro en la memoria…San Benito, cuídanos a todos.


Conoce más sobre la historia de San Benito en este enlace


Fotos: Pluma Volátil, @zuzafrac (Instagram)


 

2 comentarios en ««San Benito lo que quiere, que lo bailen las mujeres»»

  1. Primo leía tu reportaje y al final es exactamente igual como si lo reviviera lo leía y se me erizó la piel sentía mi corazón q se iba a salir del pecho y lágrimas se salían de mis ojos que San Benito nos proteja siempre tqmuchisimo… Un Abrazo Eres un Excelente Periodista Primo..

    1. Ohhh muy bien mi linda muchas gracias por este sentido mensaje, eso es precisamente una de nuestras intenciones, levantar emociones. Un abrazo Ana.

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