Por una barquilla asistió al Mundial de fútbol

Por una barquilla asistió al Mundial de fútbol

José David Pérez es el único zuliano en pisar una cancha durante una cita mundialista. Aquí nos cuenta su fabulosa aventura al ganar un concurso que lo llevó a Alemania 2006
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El sueño de muchos en este planeta es asistir a una Copa Mundial de la FIFA. Desde niños, adultos y hasta los viejitos. Es un anhelo tan grande que lo podemos comparar con el sacarse la lotería. José David Pérez, un niño zuliano un día se sacó el premio gordo, cumplió un sueño, disfrutó de un viaje, de un excepcional partido, y se convirtió en el único zuliano en pisar una cancha en un mundial de fútbol.
 
El pasado 9 de julio, se cumplieron 8 años de esa grandiosa experiencia para este joven cabimense, que es historia…por ahora. Pocos han sido los venezolanos en una cancha mundialista, muchos han asistido a las tribunas, pero José David, junto a dos niños también criollos, tuvieron la oportunidad de ser seleccionados en el programa “Sueño de un Pequeño Mundialista”, de una afamada cadena de restaurantes de comida rápida, uno de los principales patrocinantes del evento. José David, junto a Brian Curvelo, oriundo de Caracas (en aquel entonces de seis años) y María Lourdes Deturas, de El Tigre (con 9 años de edad), asistieron al Mundial Alemania 2006. “¿Saben esos niñitos que llevan de la mano los jugadores? Bueno yo fui uno de ellos en aquel partido memorable”, nos contó José David que con tan solo nueve años, tuvo la oportunidad de llevar de la mano a al defensor francés Lilian Thuram, y ser visto por millones de personas en todo el mundo en la gran final entre Italia y Francia. “Yo presencié el cabezazo de Zidane a Materazzi desde un punto privilegiado de la tribuna. Recuerdo que me enojé porque iba a Francia. Vi en vivo el último partido de Zizou y la grandiosa celebración italiana”, nos cuenta entre risas el hoy joven de 17 años y estudiante de la Urbe.
 
Su padre, Junior Pérez, le acompañó en la travesía, y gustosamente nos contaron su peculiar experiencia, en estos días mundialistas en espera de la final de Brasil 2014 entre alemanes y argentinos. “Veo con nostalgia los partidos, y ahora que se acerca la final me da emoción, la misma que sentí cuando estuve allí en el Estadio Olímpico de Berlín” expresó.
 
De la mano con Thuram
 
 “Yo ni siquiera llevé a mi hijo a ese restaurante, a pesar de que está cerca de mi casa. Fue un amigo de nosotros, Jesús Pérez, que fue con su novia a comer una barquilla y le dieron cinco cupones de la promoción. Yo estaba en casa y llamó Jesús preguntándome la cédula, yo me extrañé, pero le pasé los datos. Al rato llegó con los cupones y se los dio a José David y a mi otro hijo José Daniel. Les dijo, hey esto es para que vayan al Mundial…jajaja y seis meses después estábamos presenciando la final, escuchando a Shakira bien de cerca. Ellos nos llamaron a casa, a mí me iba a dar un infarto y José David salió corriendo como un loco de la emoción”, explica Júnior Pérez, el cual tuvo que hacer peripecias para poder sacar el pasaporte del niño. “Tuve que mover cielo y tierra, porque tú sabes cómo es la burocracia aquí. Pero gracias a Dios obtuvimos el pasaporte y logramos viajar”.
 
Por una equivocación de logística, arribaron a Alemania dos días antes de lo previsto, pero la empresa corrió con todos los gastos de alojamientos, comida y 500 dólares para el disfrute. “Llegamos antes, por eso hicimos el tour por Berlín dos veces. Yo estaba como en las nubes, aún no lo podía creer”, expresó José David quien los días previos al viaje no podía dormir y hasta se le cayó el cabello por la ansiedad. “Se me hizo un peloncito detrás, cerca del cuello, cuando regresé a Venezuela se me quitó. No dormía bien y comimos muchas hamburguesas con papas jajaja”.
 
1399 niños vivieron la misma experiencia de José David…pero esta tuvo un plus, fue la gran final. “Dentro de la selección de los niños venezolanos que iban a asistir, hubo un sorteo y yo quedé afortunadamente en ese partido. Los otros dos estuvieron en duelos de cuartos de final. En el grupo de 22 niños que acompañábamos a las dos selecciones, habíamos de muchas nacionalidades, un italiano, una niña rusa, un escocés, un chino, un inglés y varios alemanes. Arribamos al estadio unas 5 horas antes del juego, para practicar una y otra vez lo que debíamos hacer durante el acto. Los guías hablaban más de 10 idiomas. Nos cambiamos en el mismo vestidor de los jugadores. Nos dieron muchos regalos, franelas, chaquetas, un uniforme el cual no me quité por 10 días. Saludamos a todos los jugadores, Thuram me abrazó y me dijo unas cosas, pero no le entendí jejejeje”, relató entre risas el joven.
 
De esta forma José David no jugó en el Olímpico, pero el muchacho cabimense pisó césped mundialista como Alí Cañas con Ghana y Danny con Portugal.
 
La FIFA realiza este tipo de actos como parte del protocolo oficial de los partidos. Se utilizan niños, de cuatro a diez años de edad, para simbolizar la paz y la esperanza.
José David fue visible en el grupo, ya que es alto, y además estaba en toda la esquina derecha junto al defensor galo. “Me iba a tocar Zidane, pero me cambiaron porque era muy alto. Los zapatos me quedaban apretados. Hoy por hoy no me pongo el uniforme porque no me queda jajajaja”.
 
Muchas fueron las anécdotas, y la fortuna también. “Cuando llegamos al hotel, debajo de la cama me conseguí par de botas nuevecitas de mi talla (alguien las dejó botadas allí). Y en el avión de regreso a Venezuela hallé 180 Euros envueltos en un papel, no podía ser más feliz”. Sin duda José David estaba de suerte, fue seleccionado, viajó, conoció Alemania de gratis y se vino con mucho real en el bolsillo y una grandiosa experiencia que contar. “¡Fabio Cannavaro casi que lo adopta como amuleto jaja!” dijo entre risas Júnior. 
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Fotos: Pluma Volátil, José David Pérez
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