Los chances que le di a Chávez

Los chances que le di a Chávez

Y todo el desperdicio


 

Por Rafael David Sulbarán. PeriodistaTwitter.

Le gustan los pastelitos. Tiempo que no ve fútbol


Mientras escribo este texto, suena en mi equipo «Gimme the power» de la banda mexicana Molotov. Una canción muy protestante que salió en 1998 convirtiéndose en una buena pieza para quejarse contra el sistema, el que sea. Casualmente explotó el mismo año que Hugo Rafael Chávez Frías ganó las elecciones en Venezuela, llegando al poder para cambiar la historia, al menos la reciente del país. Pero sin duda alguna, esa canción sigue súper vigente lamentablemente.

No sé si es casualidad, pero la siguiente canción que escogió el reproductor aleatorio que cargo en Youtube, colocó «Chinga tu madre», de Molotov igualmente. Recuerdo que en ese 1998, yo apenas saliendo del bachillerato y alistándome para mis estudios universitarios precisamente pensaba eso: Chávez, chinga tu madre bueno, más bien en la versión cabimera: andá a joder al coño. A mi nunca me gustó Chávez, nunca me convenció su verbo, su discurso, su acción. Yo no concebía que un señor golpista, un militar en rebeldía (quizá con causa) que atentaba contra la democracia (así estuviése tambaleándose) podría llegar a la presidencia. Eso no debía ser posible porque era un traidor a la patria. Pero el tipo llegó. Bueno, algunos analistas dicen que Hugo entendió que el camino no era la rebelión militar sino que debía ser por la vía electoral. 

El muchacho de Barinas, el mulato acabó con el pacto de Punto Fijo y prometiendo cambiar el país haciendo una nueva constitución arribó al poder. Bien. Pero no me convencía. Yo no pude votar por en 1998 porque tenía 17 años, pero igual no lo apoyaba.

Le di mi primera oportunidad a Chávez. En 1999, apenas cursaba el primer semestre y bueno, quizá todos sus movimientos iniciales no se veían tan mal. Recuerdo cuando le quitó sus celulares a los escoltas y personas cercanas al presidente porque eran una distracción y un lujo innecesario. Dijo también que acabaría con la burocracia de tener 12 ministerios, eso le parecía una exageración. OK bien. Se escuchaba bien la cosa y se acercaba la cuestión de la Asamblea Constituyente, algo nuevo para nuestra historia contemporánea.

En mi juventud distraida, pensaba que todos esos señores constituyentes eran chavistas, hasta que aprendí a ver un poco mejor las cosas. Algo bueno debe salir de allí, sin embargo yo no creía en Chávez y en las elecciones le dije que NO a la constitución. Bueno, ganó.

En el 2000 voté por Arias Cárdenas (a pesar que participó en el golpe del 92), obviamente ya con una mente más clara de lo que le podía suceder a Venezuela si Chávez se atornillaba en el poder. Ahí vamos pues…rumbo al desastre. Por los días de la campaña lo vi por primera vez en persona. Recuerdo venía de la universidad con mi tío que me deba la cola todos los días hasta Cabimas. En plena circunvalación Uno de Maracaibo un gentío, muchos militares y policías. De pronto en una camioneta blanca pick-up iba Chávez saludando a la gente con su característico golpe con puño cerrado en su palma. En dos segundos vimos al presidente. Cosa rara y sorprendente. Esa quizá era la única cosa que admiraba de él, la capacidad de sorprendernos y su total empatia, su carisma. Lástima que lo desperdició.

En 2001 hubo varios paros cívicos, pero en 2002 se intensificaron y claro está, lograron tumbar al gobierno. Sea lo que sea que sucedió el 11 de abril, Chávez dijo bye bye, pero la locura opositora no supo qué hacer y las Fuerzas Armadas buscaron a su loco y lo sembraron definitivamente en esa silla.

Los dos días que estuvo Chávez fuera del poder, entre el 11 y el 13 de abril de 2002 fueron muy felices. en mi casa se armó una bebezón enorme, casi una fiesta. Lo logramos, somos libres. Vendrán tiempos mejores. Llegó el 13, entre rumores y caídas de señal de VTV…una amiga me regañó: «Mira lo que hacen tus medios de comunicación, Caracas cayéndose y no pasan nada por la tele». Ojalá esos medios de comunicación fuesen míos, no estuviera escribiendo este artículo ahorita. Pero sí, tenía razón. Caracas se caía y no sabíamos nada. Cuando un comentarista deportivo dice algo muy repetitivo, así como que «todo está normal en la ciudad de Caracas» te das cuenta que algo pasa. veía un partido de Grandes Ligas por Televen y de cada rato pasaban el famoso video de Lucas Rincón donde daba por oficial la renuncia del presidente. Huele raro. Paso lo que pasó.

Llegó Chávez. El pueblo «bajó» a defenderlo». Yo no lo quería ni ver. me di la vuelta en mi cama, solo miraba el techo y escuchaba en la cadena presidencial sus aventuras en la Horchila. Le di a Chávez su segunda oportunidad.

Las incidencias políticas del 2002 tuvieron un efecto directo en mi carrera universitaria, ya que mi padre me pagaba los estudios y él fue uno de los 17 mil trabajadores despedidos luego del paro petrolero. De todo el 2003 solo logré salvar una materia gracias a mi compadre José Veliz y al profesor Ismael Rojas.

Esa oportunidad que le di a Chávez se iba desvaneciendo. Otra vez. En 2003 trabajé en la radio. Algo bueno que saqué de ese receso académico. Debuté en Favoritas FM, en Cabimas y luego pasé a Alainza 105.5 FM, también en Cabimas. Cosas de la vida, una emisora chavista, financiada por Omar Prieto, hoy alcalde de San Francisco, y el Padre Palmar, hoy un acérrimo opositor del gobierno. Mi tío me decía que no me convenía mucho que me relacionara con esa emisora, pero yo en verdad no le paré. Además el programa era de corte juvenil…nada que ver con política sucia.

A finales de ese año dejé la radio y empecé el proceso para reintegrarme a la universidad. También hacía un curso para participar en el proceso como «Totalizador». Chávez también se alistaba para seguir engañando a la gente con las misiones. Aunque no lo puedo negar, muchas sirvieron al principio, fueron un éxito. Pero es muy difícil mantener eso solo con los barrilitos de oro negro. Por cierto, dos veces me beneficié de la Barrio Adentro. Mis primeros lentes los obtuve con ellos en 2006. 

Cuatro días de firmas me llevaron a trabajar para Súmate, donde María Corina Machado, la mosca que quiso cazar águila, era mi jefa. Por allí aún tengo el diploma que me dieron en el acto que nunca asistí. No fui porque ya estaba en la universidad y bueno…la política me colmó. Tanto esfuerzo para nada. Después de ver colas super largas de horas y horas, muchos para votar en contra del gobierno, nada. Ganó Chávez. Ese referéndum del 2004, yo aún dudo enormemente que lo halla ganado. Allí hubo algo raro. Obviamente ratificado cuando Jorge Rodríguez, premiado, saltó del CNE a la vicepresidencia de Venezuela. ¿En qué país se ha visto eso? Tal vez si habrá otro caso, y disculpen mi falta de información al respecto, pero de igual forma ese hecho marca la era chavista a mi juicio. Aquí se reveló quién era, cómo era la cosa. La corrupción.

A pesar de esto, no quería amargar el final de mi carrera en la UNICA y bueno, vamos a graduarnos pues. Le di un chance a Chávez. Otra. Llegó el 2005, año donde nadie votó. Ni yo que soy un defensor del voto. La cagamos. Vaya qué error. Todavía lo estamos pagando.

Con la Asamblea Nacional roja rojita ingresé, ya con título en mano, a trabajar para el diario El Regional del Zulia. En ese pujante 2006 logré quedar fijo en aquella economía venezolana que estaba estable, a pesar del control cambiario y el robo a chorros que hizo el auge de las cooperativas. La tarjeta «Mi Negra» no me convenció mucho, pero algo se debía hacer para reorganizar la ofensiva contra el monstruo chavista. Más de tres millones de votos le sacó el de Sabaneta a Manuel Rosales, sin embargo no pudo arribar a los 10 millones, a pesar de que la cancioncita era bien pegajosa. Lo supe porque cubrí por entero los últimos días de la campaña y las elecciones.

Que vaina, cuando escribo esto escucho a Maduro diciendo que los gringos están frustrados porque en Venezuela hay una revolución bolivariana que ama mucho a su comandante. Pero eso no me distrae…en ese 2006 le di otra velita a Chávez. Vamos a ver si endereza, qué trae. Me volvió a traicionar. En ese segundo mandato empezó el descenso. El desastre económico, el aumento de la inseguridad. En 2006 yo ganaba 762 bolívares y mis utilidades fueron 800 y algo. Me vestí completo, pagué todo lo que debía. Solo al año y medio pude comprar un carro. Ok, muchos chavistas amigos me decían: «Hey pero si vos estáis bien»…si, en verdad lo estaba, pero el país ya se venía cayendo.

Por cierto, en 2007 lo volví a ver. Haciendo una cobertura en el CDI de las 40 en Cabimas. Le tomé fotos. Al menos eso intenté. Una marea de gente entre empujones quería acercarse al comandante. Yo no me dejaba. Casi me tumban la cámara y los lentes que ya no eran cubanos. Chávez pasó a ras. Menos mal que lo tuve cerca…para tomarle foto. Llegué a casa, a unas tres cuadras de allí. Mi abuela estaba en el frente, le dije:

– ¿Abuela sabéis a quién acabo de ver?

– ¿A quién mijo?– respondió.

– A Chávez.

– ¿Y qué hiciste?

– Le tomé fotos abuela.

– ¿Y por qué no le metiste un coscorrón?, refunfuñó.

Esa abuela mía era más antichavista que Leopoldo y Capriles juntos.

Y bueno, se cayó. Luego de asustarse con el flaco en 2012 llegó el desastre general, el desabastecimiento. Llegó la enfermedad. Chávez hablaba y yo tenía el TV en MUTE aquel 8 de diciembre de 2012. Coño cuando veo el Twitter encendido, le doy volumen y supe que Chávez no iba a volver más.

Apareció muerto el 5 de marzo de 2013. Aunque nunca vimos bien su cadáver y nunca hubo detalles precisos de su enfermedad. Recuerdo cuando anunciaron su muerte yo estaba de guardia en el periódico. La sensación es extraña: «Hey no tenemos presidente, ¿ahora qué hacemos? » Estar en medio de una sala de redacción ante semejante noticia. Bueno pa’ lante. Ahora a lidiar con el legado.

Luego de la dudosa victoria de Nicolás Maduro, luchamos contra ese legado que se jactan orgullosamente los chavistas. «Ya casi nos hemos quedado sin patria», me dijo temprano una señora en el centro de Cabimas.

En todas las oportunidades Chávez me decepcionó. ¿Entonces cómo creer en Maduro? Nada, ya esto se murió, esto se acabó. Qué gran oportunidad desperdició Chávez con un barril de petróleo en 100 y más, con voluntad de la gente que despertó un poco su consciencia política, con aliados dispuestos a cooperar…qué gran chance perdió de hacer de Venezuela una verdadera potencia económica, un país modelo, en paz, unido. Hizo todo lo contrario. Qué oportunidad perdió Maduro de unir el país en 2013, de quebrar ese odio, de juntar a esa torta de 50 y 50 que dejó Chávez. De mejorar las políticas económicas, de olvidarse de los errores políticos y económicos…pero nada, este tipo no hizo nada y este país está triste, deprimido, y con una inflación que sencillamente parece que fuera de mentira, pero no, es súper real. La realidad supera la ficción.

Este artículo debí publicarlo en 5 de marzo, cuando se cumplían dos años de la partida de Hugo, pero eran tantas cosas que iba a colocar que no me dio chance. También porque volví a armar la galleta en Facebook sondeando sus opiniones sobre el legado chavista. Aquí les muestro un resumen:

La pregunta: ¿Cuál es el legado de Chávez?

Las respuestas:

 

Tata
Ellysandra

Ellysandra Gomez Luzardo: División, país arruinado, cero tolerancia entre venezolanos que pensamos distinto, inflación, ranchificar a un país rico por excelencia, conformismo, cero dolares, pagar boletos en dolares, acabar con la industria principal del país , (no cuidarla) marginarlizar a la sociedad , sometimiento, militares pagados que arremeten contra la sociedad civil, presos politicos ( temor) desde tu profundidad me puedes entender Rafa… ademas de todo lo mencionado, nos ha dejado una dichosa patria que solo los rojitos entienden… agrego: hoy de ese HDP ni su Madre se acuerda.. ahahahha .. lo peor .. dejar a un animal como Nico en la Presidencia de la República. . ojo: ya no soy Opositora , Soy VENEZOLANA….

Elba Parra
Elba

Elba Parra: Primero hizo aflorar al pocotón de resentidos que hay en el país, sembrándoles en sus cabezas huecas que sin necesidad de estudios, trabajo y esfuerzo pueden ganarse un sueldo a través de una misión del gobierno, a cambio de lealtad a la gran revolución bolivariana. Se muere el perro pero no se acaba la rabia porque dejó a sus acólitos que son peores que el mismo. Y esos resentidos siguen muchos ciegos que aunque la situación del país este peor que hace 15 o 16 años cuando ganó Chávez la presidencia por primera vez defienden este desastre. No se si es que no abren los ojos o si es que los tienen abiertos pero son tan orgullosos y resentidos que no aceptan que este gobierno no sirve!!

Aunary
Aunary

Aunary Finol: Nos sembró ignorancia, cambió la historia de Venezuela a su antojo en la mente de una generación. Concentró el poder de los medios para influir y manipular a la mayoría. Sembró pobreza donde había desarrollo de empresas, quebrando las expropiadas por injusticia. Además de despertar el resentimiento social de los mas pobres y olvidados. Sembró delincuentes a más no poder, comenzando desde los que gobiernan… Ineficientes al 100%. Compro conciencias y eso nos tiene estancados…

Aquí los comentarios completos:

 


Disfruten de Molotov:


 

Artículo redactado entre el 5 de marzo de 2015 y el 9 de marzo de 2015

 


Twitter: @PlumaVolatilWeb


Un comentario en «Los chances que le di a Chávez»

  1. recuerda que el se hace candidato gracias al plumazo del indulto. y de ahi nuestra desgracia. a quien se le ocurre indultar militares asesinos golpistas?

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