Descubriendo un poco más a los forenses
Aunque los muertos no pueden contar su historia, el patólogo y la medicina forense permiten determinar cuándo, cómo, dónde y hasta porqué fue realizado un crimen. Presentamos las historias de los especialistas que han tenido en sus manos la suerte de hacer justicia a través de experticias
Por: Maidolis Ramones Servet.
Periodista. Ama la salud pública
El cuerpo de Sandra fue hallado en La Cañada de Urdaneta. Ella no podía hablar, pero su cadáver logró revelar cómo, cuándo y dónde fue su muerte y, fundamentalmente, quién fue su verdugo.
“No te puedo dar mi nombre, porque lo tengo prohibido por la Fiscalía de la República, pero fue un caso que me impactó. Pudimos determinar que no fue en La Cañada donde se originó el crimen, sino que el cadáver fue lanzado allí, también por el tipo de moscas que rodeaban el cuerpo se dedujo la data de muerte”, expuso uno de los médicos forenses involucrados en la investigación de uno de los tantos casos de violencia doméstica que ocurren en el Zulia.
Ella fue asfixiada lo que indicaba y su cadáver presentaba indicios de que luchó por su vida. Había moretones y restos de ADN (ácido desoxirribonucleico) en las uñas que permitieron determinar contra quien luchó. Había sido contra su propio cónyugue, quien hoy tras tres años de su muerte fue imputado por homicidio y cumple condena de 15 años de cárcel.
Raiza Mármol, médico forense, y coordinadora de diplomados sobre esta función, confirmó que por motivos de seguridad es difícil que un médico forense dé una declaración pública: “Tenemos prohibido dar entrevistas vía telefónica pero te puedo decir que la medicina forense es fundamental para la solución de casos”.
En el caso de Sandra, de 24 años, su cadáver apareció tirado en el monte, donde no había rastros de sangre que indicaran alguna lucha ocurrida en el lugar, lo que daba a entender que simplemente fue lanzada para su desaparición en el sitio y que el lugar del crimen había ocurrido en otro lugar.
La muerte de cualquier ser lleva consigo una serie de cambios y transformaciones que hacen de este cuerpo sin vida un ecosistema dinámico y único al que van asociados una serie de organismos necrófagos, necrófilos, omnívoros y oportunistas que se van sucediendo en el tiempo dependiendo del estado de descomposición del cadáver.
La temperatura del cuerpo, livideces cadavéricas, rigidez, signos de deshidratación, lesiones externas, acción por animales e invasión de insectos determinaron que Sandra tenía una semana de asesinada.
“La aparición de insectos es muy importante, porque de acuerdo al tipo se puede determinar la data de muerte, pues así como el cadáver se va deteriorando van llegando un tipo distinto de insectos”, reveló un especialista en patología forense.
También el propio cuerpo inerte desde adentro da motivos para la data de muerte como el crecimiento de bacterias intestinales que aceleran la putrefacción y la destrucción de los tejidos.
“La medicina forense es una rama importante del derecho penal. En el caso de cadáveres siempre se debe emplear un patólogo. La autopsia médico legal permite abrir la investigación que a su vez permite a quien investiga reconstruir todos los hechos”, explicó Antonieta De Dominicis, patólogo forense y vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Medicina Forense.
Señaló que primero se hace un examen externo y luego uno interno. El patólogo se encarga de la autopsia y el médico forense del levantamiento del cadáver y de la investigación.
De acuerdo con las experticias Sandra llegó a su casa a las 7:00 de la noche y media hora después se presentó una discusión con su esposo que, de acuerdo a testigos, ya venía teniendo problemas con la relación y había golpeado a Sandra en variadas oportunidades. En su casa, ubicada en el sector La Victoria de Maracaibo, sí que habían muestras de que algo terrible había ocurrido. Toda la casa estaba volteada aunque trataron de arreglarla y había restos de sangre que los investigadores lograron detectar en partes del piso.
El cuerpo de Sandra recibió varias patadas en el abdomen, dos en la espalda y fuertes apretones en sus brazos. Ella se defendió, trató de impedir con sus manos las agresiones, pero su verdugo la tomó por el cuello y le causó una asfixia mecánica que le generó la muerte.
Esto no lo dijo Sandra con su boca, esto lo consiguieron los investigadores con las revelaciones que quedaron grabadas en su cuerpo.
El ADN encontrado en las uñas de Sandra y que revelaron contra quien luchó correspondía al de su marido. En otras palabras, el cadáver, aunque tirado lejos de Maracaibo, indicó con una exactitud casi sorprendente cómo ocurrieron los hechos.
No siempre los cadáveres hablan para revelar a su verdugo, también lo hacen para decir que no hubo ningún crimen.
Antonieta De Dominicis, con sus 30 años de experiencia en esta materia, recuerda claramente cómo en una oportunidad un policía metropolitano de Caracas había pasado tres años preso por el asesinato de su esposa y luego de una exhumación se descubrió que lo que realmente había ocurrido era un suicidio de acuerdo con la entrada y la salida que el cadáver presentaba de la bala que le quitó la vida.
Antonieta De Dominicis, con sus 30 años de experiencia en esta materia, recuerda claramente cómo en una oportunidad un policía metropolitano de Caracas había pasado tres años preso por el asesinato de su esposa y luego de una exhumación se descubrió que lo que realmente había ocurrido era un suicidio de acuerdo con la entrada y la salida que el cadáver presentaba de la bala que le quitó la vida.
“Recuerdo la muerte de un niñito asesinado cuyo caso el fiscal pidió que se reabriera el caso porque el trayecto de bala que describía el patólogo no coincidía con lo que declaraban los testigos. En efecto, hubo una exhumación y se logró atrapar al asesino que andaba libre por allí”, expuso De Dominicis.
La medicina forence permite la evaluación externa del cadáver, dejando constancia de las características de las lesiones observadas, posible etiología de las mismas, identificación, ubicación y posición del cuerpo, vestimenta, estado de conservación, así como la descripción del entorno en que se encuentra el cadáver (sumergido, al aire libre, enterrado, expuesto a la acción de animales y materiales adheridos, entre otros) que pueda influir en la determinación de data y causa de muerte.
El trabajo del patólogo y el médico forense requiere dedicación y pasión por la justicia. Pero no pierden la sensibilidad humana.
“En el caso de Sandra, yo me involucre mucho con su familia. Incluso su marido se veía afectado. Ella no tenía enemigos. Recibió muchos golpes. Uno le reventó el bazo, pero definitivamente murió por asfixia. No puedo negar que mientras los camilleros acomodaban el cuerpo, se me salieron las lágrimas. Era una mujer bonita, joven y maestra. No merecía una muerte tan fea, porque realmente fue fea”, indicó el médico forense involucrado en el caso.
La mayoría de los cadáveres que aparecen en Maracaibo se encuentran prácticamente a pocas horas, pero los que son tirados en lugares lejanos y enmontados, como La Cañada, se consiguen generalmente en estado de descomposición.
En un país como Venezuela, clasificado por la ONU como el quinto país con más asesinatos, el patólogo y la medicina forense juegan un papel fundamental para el esclarecimiento de los casos y según cifras y proyecciones de la Organización Mundial de Derechos Humanos, el país podría superar la cifra alarmante de 24 mil asesinatos por habitante, es decir más de 74 por cada 100 mil habitantes.
“Uno a veces ve cosas tan desagradables que la imagen no se te quita de la memoria y te acompaña hasta la casa. No somos de piedra. Por ejemplo el de una señora de 74 años que fue torturada para robarla. Entraron en su casa y la desvalijaron. No entiendo porqué tuvieron que torturarla. Durante toda la investigación, pensamos que fue una venganza, pero no, realmente solo los malandros estaban drogados y se ‘divirtieron’ con la señora”.
Antonieta De Dominicis señaló que hubo un caso de asesinato a una mujer en que su propio marido la llevó al hospital ‘preocupado’ por la situación de salud en la que se encontraba.
“Él mismo le había dado una paliza. Créeme los cadáveres hablan y si uno los escucha puede llevar a una investigación que deje sacar a flote la justicia”, dijo De Dominicis.
Eso fue lo que hizo el cadáver de Sandra, aunque ella no podía hablar con su propia boca, su cadáver con las características internas y externas dijo lo que a ella le había ocurrido con detalles realmente sorprendentes. Él cadáver habló y la justicia estuvo presta a escucharlo.
Texto: Maidolis Ramones Servet @maidoramones
Publicado en Panorama y el Horizonte Periodístico
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