Música, canto y culto en Cabimas
Nos fuimos este Sábado de Gloria a un culto en la Iglesia Anglicana Carismática de Venezuela, buscando una manera atípica de vivir la semana mayor, y esto fue lo que nos conseguimos: música, canto y un buen ánimo
Por: Rafael David Sulbarán. Periodista.
Es católico. Cree en santos
“Gracias señor por tu victoria”, esta frase era interpretada por un coro de unos 15 jóvenes y replicada por otra voz joven bien dulce, bien estudiada, en medio de una homilía este sábado santo en una iglesia poco convencional. La misa de la Iglesia Anglicana no es muy distinta a la romana, a la que muchos estamos acostumbrados a oír en nuestro país, pero si tiene tu toque original.
La Catedral Anglicana de Todos los Santos, ubicada en una popular barriada Tierra Negra del municipio Cabimas en el estado Zulia, es la sede principal de la Iglesia Anglicana Carismática de Venezuela y nos abrió sus puertas este Sábado de Gloria para demostrarnos que se puede celebrar la semana santa de una forma un tanto (o bastante para algunos) diferente.
El templo es moderno y espacioso, tiene un buen aire acondicionado. Las bancas son largas y cómodas. En las paredes hay lo normal en una iglesia: imágenes, sobre todo de Jesús, con los símbolos anglicanos, que lleva una bandera con la cruz roja, esa que identifica al pabellón de Inglaterra. La virgen María también está presente aunque en menor escala.
Un grupo de 12 personas, encabezadas por el obispo, realizó una procesión desde las afueras del templo que estaba en penumbras, lúgubre, de luto, “aguardando por la resurrección de Jesús”. Estas palabras las pronunció Dumaira López, nuestra guía y acompañante en esa noche religiosa. Dumaira tiene 34 años y asiste fielmente a la misa en la Bethábara (como también es conocida la iglesia) desde hace casi cinco años motivada porque “yo no me casé por la iglesia romana, entonces no me dejaban comulgar, al igual que a mi madre. Entonces decidí unirme a esta comunidad que me abrió los brazos sin prejuicios”, comentó Dumaira minutos antes de que el obispo ingresara junto al grupo de religiosos que realizarían la misa.
La bendición del fuego se efectuó en conmemoración de la victoria de Jesús en el infierno y su ascenso a la eternidad. La procesión iba pasando por cada columna de bancas en el templo que estaba a mitad de su capacidad, encendiendo las velas que en medio de la oscuridad resaltaban. Todo esto no es muy distinto a lo que por siglos se ha observado de la iglesia romana, pero a continuación llegó algo que marcó la diferencia: la música.
La música
Claramente no es que sea la única iglesia que tenga música, pero es muy llamativo que el Obispo tome las riendas de la banda y se siente en un órgano a dirigir como Dudamel su orquesta. Un numeroso grupo de músicos con bajo, guitarra, percusión mayor y menor junto al coro de jóvenes toman la escena del espectáculo. Lo definimos así porque por instantes te sientes en un musical de Broadway, en una obra teatral bulliciosa, bien animada y con gran calidad musical.
Por supuesto el sentido religioso no se pierde. La misa se lleva a cabo con normalidad, pero tiene esos interludios musicales que pueden durar hasta 10 minutos, combinados con saltos y bailes de los feligreses. En esta conmemoración, se habló del Génesis. Varios sacerdotes leyeron pasajes bíblicos, que fueron interpretados cada uno y respondidos con canciones. Las oraciones o salmos responsoriales eran interpretados por el coro bajo un efecto teatrezco, “lo que le da mucha posibilidad al devoto, al que asiste, al que escucha de tener un mayor entendimiento, a comprender mejor lo que se quiere expresar en la misa”, explicó Normary Raffe, otra discípula en esta iglesia desde hace varios años.
Es que allí es donde está la diferencia, o al menos es lo que sienten muchos devotos de esta división de la iglesia católica, eso que los atrae a ella, “lo divertida que es, mira como el obispo toma ese instrumento y se goza la música, la gente baila, grita. Aquí la gente es libre, no hay límites, solo debes tener fe, ser creyente”, describió Dumaira justo antes que el obispo, Alexander Barroso, se levantara desde su silla, que está a la derecha del altar, para dirigir su sermón. “Él es muy elocuente, fíjate”, y tuvo razón, hasta de reggaeton en el infierno habló, se preguntó si el diablo tenía abuela, nos hizo reír varias veces, pero dejó claro el mensaje de que todos los seres humanos somos victoriosos ya que fuimos salvados.
El obispo habla como un locutor, parece que estuvieses escuchando una narración de un documental de Discovery Channel, y allí justamente está lo distinto del asunto. “No son esos sermones aburridos que te duermen, esos que te señalan que eres un pecador por no casarte en la iglesia, que debes confesarte siempre, que te regañan porque comes chicle, aquí no vienes a ser parte de la comunidad que te abre los brazos y te escucha”, dijo Normary. Y bueno, aunque la misa dura tres horas, no se vuelve monótona por esos sermones frescos y por las canciones.
Anglicanos
La iglesia anglicana nació en el siglo 16, en Inglaterra. Fue un movimiento que nació de un divorcio. “La separación de la Iglesia anglicana de la comunión con Roma se llevó a cabo cuando Enrique VIII, después de haber logrado que el arzobispo Cranmer anulara su matrimonio con Catalina de Aragón, hizo aprobar por el Parlamento (en 1533) una serie de disposiciones que –al romper las relaciones entre Inglaterra y la Santa Sede– sometían completamente el clero a la Corona”, esto lo sacamos del portal Aleteia.org, donde explica las diferencias entre ambos movimientos y su origen. La iglesia anglicana significa “Iglesia inglesa”, y el antiguo imperio regó durante siglos su doctrina, teniendo presencia en todos los continentes.
En Venezuela el anglicanismo se instauró en 1834 luego de la promulgación de la ley de libertad de culto, pero tomó forma de Diócesis consolidándose en 1967. En varios estados del país tiene presencia bajo diferentes vertientes, como la Iglesia Anglicana Episcopal con sede en Caracas.
Monseñor Alexander Barroso es el Primado de la Iglesia Anglicana Carismática, que tiene otras sedes en Maracaibo, La Concepción, Ciudad Ojeda, Barquisimeto, Carora, Cumarebo, Pingue, entre otras ciudades del occidente venezolano.
No al celibato
Dentro de la particularidad de este movimiento se encuentran muchas cosas, pero llama la atención otra bien grande. La joven que dirigía el coro, “es hija del obispo. Y el chamo de la guitarra que también canta es igualmente hijo de monseñor y bueno aquí si hay libertad”, confesó Dumaira. En la iglesia anglicana no existe el celibato, los obispos, sacerdotes y padres se pueden casar, tener hijos, divorciarse y demás. Incluso, las mujeres pueden llegar a ordenarse sacerdotes y hasta ser obispos, algo que la iglesia romana ni lo contempla.
Parte de la feligresía asistente a la misa está compuesta por los hijos de los religiosos allí presentes. Hay hijos, esposas y hasta sus novias. Sin duda es algo diferente que te puede sorprender.
En general, la composición de la misa anglicana tiene mucho parecido al culto romano, “pero si buscas ese toque distinto, si buscas algo nuevo qué hacer en la próxima semana santa, una nueva experiencia, o volverte discípulo de una iglesia moderna visita a los anglicanos.”, finalizó Normary, Total el señor nos ha dado libre albedrío.
Con información de www.aleteia.org
Fotos cortesía Iglesia Bethábara