Alex Alfredo Mosquera Sánchez es un dirigente sindical que acudió a nuestro llamado de realizar cualquier proposición para un tema, en esa campaña que llevamos en las redes, y bueno él no se animó a redactar la nota, nos pidió que lo hicieramos nosotros, pero eso sí, nos envió un correo explicando bien detalladamente una situación por la que está pasando él, y su familia, especialmente su hijo.
Por: Rafael David Sulbarán. Periodista
Le gusta la margarita. No fuma
Como comentamos Alex Mosquera es un activo dirigente sindical en la industria petrolera bastante activo en un organismo llamado Sindicato Bolivariano de Trabajadores de la Industria petrolera, Petroquímica, Similares y Conexas de la Costa Oriental del Lago (Sibotippecol) , uno de los tantos conglomerados de trabajadores que hacen vida en esta tierra petrolera de Venezuela. Alex reside en Ciudad Ojeda, en el estado Zulia, al occidente del país y trabajó para la contratista internacional Schlumberger durante 19 años. Allí ejercía funciones como delegado principal de la organización muy cercano al movimiento del partido Un Nuevo Tiempo de centro derecha.
Sus actividades según nos relató han hecho ruido, llevando la voz de denuncia ante hechos ilícitos como robo, sabotaje y mucha corrupción en Petróleos de Venezuela (Pdvsa), sobre todo en el área operacional en la Costa Oriental del Lago. «Allí detectamos cualquier cantidad de barbaridades, muchas irregularidades desde robos hasta violaciones de seguridad. Esto siempre molestó a los dirigentes chavistas, especialmente a Wills Rangel, presidente de la Central Bolivariana y Socialista de Trabajadores de Venezuela con quien siempre hemos tenido serias dificultades», expresó Mosquera.
Por esos «encontronazos»según explica en la comunicación Alex su humanidad ha sido centro de amenazas, incluyendo a su familia y entorno. En el año 2007 Mosquera transitaba en su carro desde Maracaibo hasta Ciudad Ojeda por la carretera Lara Zulia. Era mediados de ese año donde se vivían las vacas gordas petroleras con el barril de crudo a más de 100 dólares. En la vía se le acerca un vehículo verde con los vidrios totalmente oscuros, al aproximarse aún más comenzaron a disparar generando que Alex perdiera el control de su carro, se salió de la vía e impactó con algunos árboles. Recibió un tiro en una pierna. El vehículo verde continuó su camino, «quizá con la certeza de que habían acabado con mi vida, pero no fue así, gracias a Dios ningún balazo me llegó y el choque no tuvo graves consecuencias», explicó Alex. Fue socorrido por algunas personas vecinas del lugar y llevado al Hospital de Santa Rita para verificar su estado de salud que se pudo controlar. Sin embargo las secuelas de las heridas le siguen molestando.
Durante todos estos años Alex siguió trabajando y denunciando irregularidades a través del sindicato y por supuesto las amenazas siguieron. «Llamadas telefónicas anónimas no solo a mi sino a mi esposa e hijos. Esa situación me puso siempre de cabeza muy nervioso, pero no paré con mi trabajo», añadió.
El historial de amenazas se extendió y bueno, se cristalizaron en un hecho casi mortal el pasado 2 de febrero de 2017. En esta oportunidad un grupo de personas pertenecientes a los colectivos chavistas, según denunciaron los agraviados, dispararon el varias oportunidades hacia la casa de Mosquera. Nos comunicamos con el hijo de Mosquera, Alejandro Mosquera el cual nos contó que tienen la total certeza que ese grupo armado intervino en nombre de Rangel. «Estos grupos paramilitares actúan bajo la tutela de la revolución simplemente porque reciben pago, son unos sicarios mandados por Wills Rangel y demás componentes del Partido Socialista Unido de Venezuela», expresó Alexander de 24 años que recientemente sufrió lo que calificó también como un acto de ensañamiento contra él. «El pasado 3 de julio me encontraba protestando en Maracaibo participando en las actividades que llevamos desde hace más de 100 días en contra de este gobierno corrupto cuando fuimos atacados a golpes por oficiales de la Policía Nacional Bolivariana cerca de la avenida Cecilio Acosta y Delicias, en Macaraibo. Me llevaron detenido no sin antes golpearme y tratar a las patadas simplemente por ejercer mi derecho a reclamar», comentó Alejandro agregando que su nombre y el de su familia está fichado por los entes policiales y el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y por eso cree que esta acción más allá de estar participando en la manifestación, se debe de igual forma a la persecución que le tienen a su padre que tuvo que huir al extranjero precisamente para cuidarse y proteger su integridad. Alexander estuvo detenido por más de 12 horas junto a un grupo de jóvenes recibiendo golpes y tortura. Luego fueron liberados.
«Pero estamos acá acudiendo a los medios para poder dejar en evidencia que estos malandros siguen amedrentando o intentando hacerlo, pero les decimos que no tenemos miedo y que pronto saldrán como las ratas huyendo del barco cuando fumigan. Pronto veremos justicia», sentenció Alex desde el exilio.
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