Un escenario nunca soñado para muchos
El ambiente efervescente que había caracterizado al bunker ganador de las contiendas electorales de los últimos tres lustros se había esfumado el 6D
Por: Lisseth Boon. TalCual.com
El toldo rojo vacío lucía aún más huérfano la noche del 6 de diciembre en la “esquina caliente” de la Plaza Bolívar, emblemático punto de encuentro del chavismo en el centro de Caracas. Unas diez personas aguardaban sentados en bancos alrededor de la estatua ecuestre del Libertador mientras que grupos dispersos hablaban entre si con los brazos cruzados, mirando de vez en cuando hacia la entrada del Teatro Principal, sede del Comando Bolívar Chávez, como buscando alguna respuesta. Ya se habían cerrado los centros de votación del país y el Consejo Nacional Electoral (CNE) se demoraba en dar el primer boletín de las elecciones parlamentarias 2015.
Desde temprano no hubo sonrisas, palmadas ni brinquitos en el comando oficialista. El ambiente efervescente que había caracterizado al bunker ganador de las contiendas electorales de los últimos tres lustros se había esfumado el 6D. Miradas evasivas, rictus pronunciados y caras largas dominaron el lobby y la sala principal del Teatro Principal que en ningún momento de la noche llegó a llenarse. Ni siquiera cuando se propagó el rumor de que el conteo “iba parejo”.
A las 8 pm, unas 30 personas, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, formaron repentinamente una fila frente al comando Bolívar Chávez. Les habían anunciado que brindarían un refrigerio mientras esperaban por los resultados. “Yo voté tempranito y me vine aquí a esperar. No nos dicen nada. Parece que la cosa está apretada. Yo creo que se cometieron algunos errores, las colas por comida por ejemplo, y que todo se puso carísimo”, contaba una señora de unos 60 años que se encontraba en la Plaza Bolívar desde las 7 de la mañana.
Tres sesentones con gorra tricolor del 4F trataban de animarse cantando el estribillo “Uh, Ah Chávez no se va”. Ninguno de los que les rodeaba se les sumó. Tampoco tuvieron eco sus vivas a Chávez y Maduro. “No entiendo por qué esta vez no pusieron pantallas afuera para ver el anuncio del triunfo; tampoco hay música”, se preguntaba Jorge, vestido con gastada chaqueta roja.
Dentro del teatro, una docena de cámaras de televisión se alineaban a la espera de los voceros del partido oficialista PSUV. Empleados del teatro y periodistas de medios nacionales e internacionales aguardaban entre las butacas por la rueda de prensa que se posponía indefinidamente. Algunos técnicos y camarógrafos miraban como hipnotizados la señal de VTV mientras que otros aprovechaban para echar una siesta. Un corresponsal de un diario extranjero asomó: “me estoy aburriendo. Esto parece un funeral”.
Al comando Bolívar Chávez jamás llegó la convocatoria a reunirse en el “balcón del pueblo”, ventana del Palacio de Miraflores otrora usada para proclamar los triunfos de “la revolución”. Y en la Plaza Bolívar, la pequeña tarima instalada para celebrar los resultados con el grupo Madera comenzó a desmontarse a las 11 de la noche. Y nada que llegaba el primer boletín.
En el segundo piso del teatro, de acceso restringido, un miembro del comando Bolívar Chávez presentaba su mea culpa particular a un pequeño grupo: “Tenemos que hacer autocrítica. Había que ponerle nombre y apellido a la guerra económica. La oposición hizo campaña con videos por las redes. Fue un error seguir con aquello de las “colas sabrosas” cuando ya la gente estaba muy brava de hacer colas. No atendimos los problemas con los servicios públicos. Y dejamos convertir estas elecciones en un plebiscito; ahora van a pedir la renuncia de Maduro”.
A su lado, un compañero recibe una llamada por celular. Habla en voz baja. Se lleva la mano izquierda a la sien y comienza a sollozar. “Perdimos” se le escucha decir.
En la entrada del comando ya no quedaba ni la mitad de las personas que se habían reunido a comienzos de la noche. El frío decembrino comienza a pegar. “La gente está triste, por eso se están yendo. Yo creo que no votaron por culpa de las colas, el Gobierno no resolvió ese problema de la comida, también muchos se la robaron», reflexionaba Alfonso, desempleado de Maracay que se encontraba de visita en Caracas. A pocos metros, una mujer de cabello gris gritaba frente a dos compañeros: “Aquí estoy pasando mi arrechera. Me da dolor que estén acabando con lo que dejó Chávez. A Maduro le faltó carácter”.
La rueda de prensa del comando Bolívar Chávez nunca se dio. Ni Jorge Rodríguez ni Diosdado Cabello se presentaron en el Teatro Principal para admitir la derrota ante los pocos adeptos que esperaron desde temprano. Después de que la rectora Tibisay Lucena anunciara el primer boletín a las 12:30 am del 7 de diciembre, periodistas, fotógrafos y técnicos abandonaron la sala. Nadie se quedó para escuchar por televisión a Nicolás Maduro.
Texto: Liseth Boon. Periodista.
Publicado en www.talcual.com el 8 de diciembre de 2015
Foto: Tal Cual