En esta crónica presentamos a Jennifer una entusiasta votante en la era chavista que tuvo que mudarse de casa por lo que todos sabemos: la crisis venezolana. No se perdía ni un acto electoral hasta que el miedo llegó
Por: Rafael David Sulbarán. Periodista.
No puede votar en Colombia.
Extraña los pastelitos
Venezuela ha celebrado no sé cuántas elecciones, más de 21 desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1998. Bueno en esta etapa podemos decir que los venezolanos nos acostumbramos a votar aunque esto precisamente no se tradujera en democracia. Que si las elecciones regionales, que si el referéndum, que si las parlamentarias, que si las presidenciales…muchas elecciones que sentíamos como nuestras, nos sentíamos orgullosos por mojar el dedito, por participar, por ayudar a la viejita a ponerse adelante en la cola para el centro de votación, por salir corriendo a montar la foto en Facebook y luego en la noche esperar los resultados insultando al ganador o celebrando burlándote de tu vecino.
Así estuvimos y estamos todavía porque en el último año se han celebrado tres elecciones en el país “electorero”. Entonces ahora uno ve la contienda presidencial en otra nación de una forma distinta. Hay casos de casos, pero aquí les voy a presentar una historia interesante que me conseguí por las redes de amigos.
Jennifer Ohep nació en Maracaibo hace 29 años y desde que cumplió los 18 empezó a votar, es decir que aproximadamente en el 2008 sufragó por primera vez. “Desde los 18 años me inscribí muy emocionada por participar del voto como todo joven entusiasta”, me comentó Jennifer en una entrevista que realizamos enteramente por Whatsapp.
Buscar votantes colombo-venezolanos, es decir binacionales habilitados para ejercer, no es cosa fácil ya que no hay un registro oficial de ello, claramente porque para el estado colombiano pasan por un ciudadano más, en la cédula no te van a colocar “binacional” o te colocarán “votante extranjero” al inscribir tu documento para poder votar. Entonces hallar a Jennifer no fue muy sencillo y menos ahora que hay más de 500 mil venezolanos que han entrado en los últimos dos años. Se estima que en Colombia hay al menos un millón de venezolanos naturalizados, pero no sabemos exactamente cuántos están inscritos en el registro electoral colombiano que supera los 36 millones.
En fin, me dispuse a buscar una historia distinta para estas elecciones de Colombia que se celebran hoy y la conseguí en Jennifer. Quizá no es algo extraordinario pero me llamó la atención algo: Jennifer me dijo que desde que se inscribió en el Consejo Nacional Electoral de Venezuela no dejó de votar, “por allá en 2008 fueron mis primeras elecciones, creo que fueron de alcaldes, y de allí no dejé de votar a excepción de esta última”, me dijo. Muy bien, Jennifer una joven activa en su derecho político del sufragio formó parte de la abstención el pasado 20 de mayo donde fue reelecto Nicolás Maduro apenas con el 48 por ciento de participación.
En su natal Maracaibo, esta joven técnica en administración nunca formó parte de una organización política, pero defendía el voto a capa y espada, lo cuidaba así como hizo la defensa de Islandia hoy en ese partidazo ante la Argentina de Messi en el mundial de Rusia, nada pasaba…bueno Jennifer era una entusiasta del voto y reclamaba a los que no lo hacían. “Yo me quedaba cuidando los votos, no quería que hicieran trampas, me quedaba hasta el final. En las últimas elecciones me fui en la noche hasta la escuela donde voté para saber de los resultados”, explicó. Uno de los mandatos de la oposición venezolana desde las elecciones presidenciales de 2013 fue que la gente se quedara velando por sus votos, cuidando que no fuesen a cometer cualquier fraude. Eso generó algunos disturbios y problemas en puntos de sufragio ya que se enfrentaban ambos bandos en actos de provocación como el que vi una vez en mi propio centro de votación en la escuela Rafael María Baralt de Cabimas. Al cierre de las mesas un montón de motociclistas decidieron ponerse a dar vueltas, a echar tiros al aire y a intimidar a los presentes.
Bueno total que Jennifer lo hizo solo esa vez, cuidó su voto en el sitio, también lo hizo por las redes sociales. Pero ella, como millones de venezolanos se quedó con los crespos hechos esperando que esa lucha valiera la pena. Un día no le tuvo más paciencia a Maracaibo y emigró a Colombia aprovechando su condición de ser hija de colombianos.
En Colombia pasó roncha como decimos coloquialmente, es decir se las vio duras los primeros días. Llegar a un país extraño así sea con papeles es complicado. Ella es casada, tiene una hija de tres años, se instaló en la capital colombiana buscando la estabilidad que su país no le ofreció en su momento.
Jennifer realizó todo el trámite para poder sacar su cédula y en un tiempo moderado la obtuvo. En Colombia cuando completas ese trámite, el sistema te pide inscribir la cédula en el Registro Electoral Permanente y bueno Jennifer como buena amante del voto lo hizo sin ningún problema. “Mis primeras elecciones acá fueron ahora en marzo, las del congreso”, dijo. El pasado 11 de marzo en Colombia se eligieron los representantes parlamentarios. El Centro Democrático obtuvo mayoría dándole el triunfo al uribismo. “Allí me estrené y lo hice con mucha emoción dándole mi apoyo a los candidatos de Duque”, agregó. Iván Duque es un exparlamentario y candidato presidencial, favorito para la contienda de hoy. Su postura ha sido muy favorable para cientos de venezolanos que hacen vida en Colombia por sus palabras en contra del gobierno chavista de Nicolás Maduro. “Mi voto es fijo por Duque, es un joven prometedor que ha sabido pronunciarse a favor de los venezolanos”, completó Jennifer.
Mientras conversaba con ella algo me llamó la atención y es el foco de esta crónica. Las elecciones presidenciales en Venezuela como ya dije se efectuaron en mayo. El CNE cambió un poco las reglas y permitió que venezolanos en el extranjero pudieran cambiar su lugar de sufragio sin tanto papeleo. En Colombia con solo tener el Permiso Especial de Permanencia podrías hacerlo. Hay más de 100 mil personas que sacaron ese permiso habilitado en dos tandas desde julio de 2017.
“Yo quise cambiar mi residencia. Fue una discusión que comencé conmigo misma ya que no quería dejar de participar en las elecciones estando acá, pero definitivamente el miedo pudo más”, ¿qué pasó? Pues Jennifer se intimidó. “El hecho de cambiar mi residencia para votar acá eso les va a permitir a ellos saber que me mudé de país. Yo aún tengo muchas cosas allá y lo más preciado que es mi familia, uno nunca sabe lo que pueda pasar”. Estas palabras de Jennifer resumen el temor que tiene ante un gobierno o régimen que hasta ha mandado a personas a buscar hogar con el programa “Ubica tu casa”, que podría desalojar viviendas que han sido “dejadas” por personas que emigraron. “Dos más dos son cuatro”, reza el dicho.
No cambió su residencia por el miedo, por la incertidumbre de saber qué pueda pasarle a su familia estando en esa condición. No sabemos qué pueda suceder con su casa, sus bienes que aún tiene en Maracaibo. Tal vez en otro escenario y con unas elecciones libres si hubiese tomado la decisión de cambiarse, pero sabemos la farsa del gobierno y el CNE.
¿Cuántas personas como Jennifer hicieron lo mismo? Es imposible de medir. Lo que sí sabemos es que es que casi el 70 por ciento de la población electoral no votó por Maduro, eso dice mucho. Miedo, inconformidad, protesta, apatía, todo suma.
Lo cierto es que una defensora del voto no pudo hacerlo en su país debido al temor, pero si lo hará en su tierra de repuesto en medio de una contienda libre y transparente. “Todos esperamos que esto no se vuelva una Venezuela, no queremos que el pueblo colombiano sufra y pase lo que nos ha tocado vivir a nosotros”. Amén digo también desde este teclado y que se cumpla…y que ojalá volvamos a ser entusiastas del voto en un país libre, como era Venezuela.