Inquisición: ¿Holocausto de una iglesia?

Inquisición: ¿Holocausto de una iglesia?

Un poco sobre la matanza de “herejes”
Por: Maidolis Ramones Servet
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“¡No matarás!”. Éste es el quinto Mandamiento de la Ley de Dios que se establece en la Biblia o Sagradas Escrituras, libro traducido en 2.303 idiomas y por el que se rige la mayoría de las iglesias del mundo. No obstante, durante un período llamado la Inquisición, aún hoy no es cuantificable el número de personas que murieron con la aprobación de la Iglesia Católicaque, basada en las Sagradas Escrituras, permitió la quema, decapitación, destierro, excomunión y tortura de quienes se juzgaban como no en concordancia con su dogma. ¿Cuántos padecieron el látigo de la Inquisición? ¿Fue realmente una especie de Holocausto dentro de una iglesia?
En 1998, el papa Juan Pablo II, ordenó la apertura de los archivos secretos de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio o Inquisición) y luego de una extensa revisión por parte de teólogos e historiadores, el Sumo Pontífice subrayó la importancia de que la Iglesia pida perdón por sus pecados, no sin antes dejar claro que ha existido una exageración en muchos datos difundidos sobre este tema.
“Es justo que… la Iglesiaasuma con una conciencia más viva el pecado de sus hijos recordando todas las circunstancias en las que, a lo largo de la historia, se han alejado del espíritu de Cristo y de su Evangelio, ofreciendo al mundo, en vez del testimonio de una vida inspirada en los valores de la fe, el espectáculo de modos de pensar y actuar que eran verdaderas formas de antitestimonio y escándalo”, expuso el Santo Padre en una carta con motivo de la publicación del libro de las Actas del simposio internacional sobre la Inquisición, organizado en el Vaticano por la Comisión histórico-teológica del Comité para el gran jubileo del año 2000.
Los historiadores distinguen diversas inquisiciones: la medieval (Edad Media), la española, la portuguesa y la romana. Ésta última la más moderna, fundada por el papa Pablo III en 1542 con ámbito teóricamente universal y que duró hasta 1965. La Inquisiciónabarcaría un período de casi 800 años.
En un principio, el castigo habitual era la excomunión y buscaba refrenar, además de la herejía (acciones desviadas del contenido de la fe), los abusos que estos procesos de juicio podrían sufrir por parte del propio poder civil.
La supresión de la herejía se estableció en 1184, mediante la bula o documento del papa Lucio III Ad Abolendam: “…cualquier arzobispo u obispo, por si o por su archidiácono o por otras personas honestas e idóneas, una o dos veces al año, inspeccione las parroquias en las que se sospeche que habitan herejes; y allí obligue a tres o más varones de buena fama, o si pareciese necesario a toda la vecindad, a que bajo juramento indiquen al obispo o al archidiácono si conocen allí herejes, o a algunos que celebren reuniones ocultas o se aparten de la vida, las costumbres o el trato común de los fieles”, reza un extracto del texto.
Sin embargo, a lo largo de la historia, la Inquisición se radicalizó, transformó y extendió. En realidad, la bula papal de Lucio III fue la raíz para el posterior nacimiento del Tribunal de la Santa Inquisición o Santo Oficio.
En 1252, el papa Inocencio IV autorizó en la bula Ad extirpanda el uso de la tortura para obtener la confesión de los reos y se decretaba que la herejía era una razón de Estado.
Libros de importancia histórica fueron quemados y personalidades notables condenadas en juicios que incluso, de acuerdo con documentos antigüos, llegaron a incluir hasta animales “obligados a declarar”, torturados y asesinados como un humano cualquiera.
“Entre 1266 y 1586 se realizaron, solo en Francia, al menos sesenta juicios contra animales en los tribunales de la Inquisición”, según refirió en los archivos de los documentos judiciales, Michel Pastoureau, historiador francés especializado en historia medieval.
Un ejemplo citado por Pastoreau es el de una cerda declarada culpable por el asesinato de un bebé. Fue vestida como humana, torturada, mutilada y condenada a muerte a pesar de que no “confesó” frente a ningún cura, luego de nueve días de juicio en Falaise (Francia) en 1386.
La Inquisición enfocaba su búsqueda de atacar corrientes de pensamientos que amenazaran la integridad de la fe católica: protestantes, blasfemos, idólatras, “brujas”, homosexuales, adúlteros, prostitutas y acusados de judaizar, entre otros.
Entre las personalidades notables en el mundo que fueron enjuiciadas por el San Oficio figura Miguel Servet, teólogo y médico español, famoso por sus estudios en astronomía, meteorología, geografía, jurisprudencia, teología, física, matemáticas y anatomía. Su trabajo científico más importante fue sobre la circulación pulmonar, donde describe la fluidez continúa de la sangre.
Sin embargo, Servet, participó en la Reforma Protestante y desarrolló una cristología contraria a la Trinidad(Padre, Hijo y Espíritu Santo), además de criticar el bautismo en niños, pues a su juicio debía ser efectuado en una edad madura, postura evidentemente contraria al catolicismo y que él publicó en un libro.
“…Por éstas y otras razones te condenamos, M. Servet, a que te aten y lleven al lugar de Champel, que allí te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo”, expresó la sentencia dictada en su contra por el Consejo de Ginebra, en 1553.
Su ejecución escandalizó a muchos pensadores europeos, principalmente en el ámbito protestante, que se oponían al asesinato por razones de fe. Sebastián Castellion, humanista, biblista y teólogo cristiano francés, expresó: “Matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre. Cuando los ginebrinos ejecutaron a Servet, no defendieron una doctrina, mataron a un hombre”.
Otro científico resaltante y refutado por la iglesia fue Galieo Galiei, astrónomo, filósofo, matemático y físico italiano. Entre sus logros figura la mejora del telescopio y ha sido considerado padre de la astronomía y física moderna. A pesar de ser un católico practicante, su encontronazo con la iglesia se dio cuando, coincidiendo con la teoría heliocéntrica del científico polaco Nicolás Copérnico, según la cual el sol es el centro del universo y no la Tierra y que ésta además no es pasiva sino que realiza movimientos.
“Y no se puede responder que esto no es materia de fe, porque si no es materia de fe ex parti obiecti (respecto al objeto) es materia de fe ex parte dicentis (por quien lo dice). Y tan herético sería como quien dijera que Abraham no tuvo dos hijos y Jacob doce, o quien dijera que Cristo no nació de Virgen”, expuso, entonces Roberto Francisco Rómulo Belarmino, arzobispo, inquisidor y cardenal de la Compañíade Jesús.
No obstante, el principal argumento de la Iglesia fue que Galilei no demostró con suficientes argumentos sus basamentos científicos. Se le conminó a retractarse de sus ideas y fue condenado a la prisión por arresto domiciliario de por vida.
Toda denuncia, incluso anónima, era válida para los inquisidores, quienes abrían inmediatamente una investigación secreta y, de encontrar indicio, el acusado era apresado y sus bienes asegurados. Nunca sabía quiénes habían declarado en su contra, se mantenía incomunicado y el proceso podía durar años.
En el libro El Señor Inquisidor y otras vidas por oficio, el antropólogo, historiador, lingüista, folklorista y ensayista español, Julio Caro Baroja, señala: “Los inquisidores eran más juristas que humanistas y teólogos. La jurisprudencia más o menos secreta que podían estudiar era grande, casi tan grande como el escepticismo de muchos de ellos, acostumbrados a ver imposturas y engaños en cantidad de actos hechiceriles. En el siglo XVII los españoles, por otra parte, no tenían mucha fama como magos y hechiceros. Alguien sostuvo —con clara animadversión hacia el país— que el diablo no se fiaba de sus habitantes”.
En el contexto de la época, la tortura era civílmente aceptable por la sociedad. Entre los métodos empleados por la Inquisición se documentan la flagelación, el potro (tabla, o rueda en muchos casos, sobre la que era apoyado el reo y atado por unas cuerdas que eran tensadas por medio de un torno), la cuerda (el reo era elevado a dos e incluso hasta tres metros para luego dejarlo caer violentamente), carbones al rojo vivo que eran aplicados en las zonas más sensibles del cuerpo, el agua (basada a en poner un embudo en la boca para hacer ingerir grandes cantidades al torturado) y la cabra (consistía en bañar los pies del reo atado en agua salada, tras lo cual una cabra los lamía con su lengua rugosa y áspera hasta que le destrozaba la piel de las plantas).
Uno de los acontecimientos más controversiales en la época inquisitoria fue el de Juana de Arco, una doncella francesa, quien aseguraba que mediante voces y visiones el Arcángel San Miguel, Santa Catalina, y Santa Margarita le habían exhortado a llevar una vida devota y piadosa, dirigir el ejército francés, coronar como rey al delfín Carlos, primogénito de Carlos VI de Francia, en Reims, y expulsar a los ingleses del país.
El delfín, tras consultar a varios teólogos le confió un ejército de cinco mil hombres, con el que la joven consiguió derrotar a los ingleses y levantar el cerco de Orleans, el 8 de mayo de 1429, por lo cual también se le llama la Doncella de Nueva Orleans.
Juana realizó una serie de campañas victoriosas que franquearon al delfín el camino hacia Reims y permitieron su coronación como Carlos VII de Francia, el 17 de julio de ese mismo año. No obstante, la doncella fue capturada por la Iglesia y deportada a Ruam, donde fue acusada de hereje, asesina y vestir ropa de varón durante las batallas.
“Todo lo que yo hago es por orden de Nuestro Señor. Si Él me ordenara tomar otro hábito yo lo tomaría, porque sería por orden de Dios… Yo me atengo a Dios, mi Creador, de todo; yo lo quiero de todo corazón… Yo me atengo a mi juez. Él, Él es el Rey del Cielo y de la Tierra”, señaló en medio de quienes leían los documentos imputadores.
Para los jueces, se trataba de un personaje peligroso, que se regía por fuerzas diabólicas u ocultas y les enfurecía aún más que se presentaba en el juicio vestida con ropas de hombre. No obstante, esta vez se cree que lo hacía para evitar intentos de violación en la cárcel.
“Yo tenía trece años cuando escuché una voz de Dios”, declaró Juana, quien aseguró que el hecho ocurrió al mediodía en el jardín de su padre. Añadió que la primera vez que la escuchó notó una gran sensación de miedo. A la pregunta de sus jueces, añadió que esta voz venía del lado de la Iglesia y que normalmente era acompañada de una gran claridad, que venía del mismo lado que la voz.
Aunque a veces no entendía muy bien los mensajes de la voz que escuchaba, primero le aconsejó que frecuentara las iglesias y después que tenía que ir a Francia, sobre lo cual la empezó a presionar. Juana aseguraba que los mensajes los escuchaba unas, dos o tres veces por semana. “Ella (la voz) me decía que yo levantaría el asedio de Orleans”.
Nicholas Midi, el autor de los doce artículos de la acusación, comenzó a leer un sermón que terminó con la frase: “Juana, ve en paz, la Iglesia ya no te puede proteger más y te libra a las manos del brazo secular”. Fue condenada a la hoguera.
La doncella había dicho antes que esa misma noche ella estaría en el Paraíso. Arrodillada, realizó unas plegarias y también invocó el perdón por los males que hubiera podido causar, esto hizo que muchos de los presentes lloraran.
Finalmente, fue llevada hacia la estaca ubicada en una plaza donde, expectantes estaban alrededor de 10 mil personas. El último deseo de Juana fue que los sacerdotes alzasen una cruz delante de sus ojos hasta que ella muriese “para que así acabara sus últimos momentos acompañada de Dios”.
La Doncella de Nueva Orleans, a sus 19 años, según había confesado, se perdió entre las llamas, pero los historiadores aseguran que todavía pudo gritar “¡Jesús!” varias veces. Al secretario del rey de Inglaterra, John Tressart, se le escuchó exclamar: “Estamos todos perdidos, porque ha sido quemada una buena y santa persona”.
Sobre el juicio de Juana de Arco hubo muchas contradicciones. Posteriormente fue invalidado y se consideró un proceso corrupto, calumnioso, fraudulento y malicioso.
Veintitrés años después, la madre y dos de sus hermanos pidieron que se examinara nuevamente el caso, el Papa Calixto III nombró a una comisión encargada de hacerlo. El 7 de julio de 1456, el veredicto de la comisión rehabilitó plenamente a la santa. Más de cuatro siglos y medio después, Juana de Arco fue solemnemente canonizada por el Papa Benedicto XV. Hoy es mártir y patrona de Francia.
“La Inquisición ha sido abolida… los hijos de la Iglesia deben revisar con espíritu arrepentido la aquiescencia (consentimiento) manifestada, especialmente en algunos siglos, con métodos de intolerancia e incluso de violencia en el servicio de la verdad”, expuso el papa Juan Pablo II.
Hernando del Pulgar, contemporáneo de los Reyes Católicos, calculó que hasta 1490, la Inquisición habría quemado en la hoguera a 2.000 personas, y reconciliado a otras 15.000.
Juan Antonio Llorente, secretario general de la Inquisición, en su libro Historia crítica de la Inquisición, asegura que a lo largo de su historia este procedimiento habría procesado a un total de 341.021 personas, de las cuales algo menos de un 10% (31.912) habrían sido ejecutadas. Llegó a escribir: “Calcular el número de víctimas de la Inquisición es lo mismo que demostrar prácticamente una de las causas más poderosas y eficaces de la despoblación de España”.
“Señor, Dios de todos los hombres, en algunas épocas de la historia los cristianos a veces han transigido con métodos de intolerancia y no han seguido el gran mandamiento del amor, desfigurando así el rostro de la Iglesia, tu Esposa. Ten misericordia de tus hijos pecadores y acepta nuestro propósito de buscar y promover la verdad en la dulzura de la caridad, conscientes de que la verdad sólo se impone con la fuerza de la verdad misma. Por Cristo nuestro Señor”, oró Juan Pablo II, en marzo de 2000.
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Texto Maidolis Ramones Servet, Diario Panorama
Foto: Cortesía
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