El fanático más odiado del mundo

El fanático más odiado del mundo

 

La leyenda de Steve Bartman y la influencia mediática

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En un segundo la vida te puede cambiar. En un segundo nacen, según Globometer, unas 2,4 personas en todo el mundo, también se producen 1100 tweets en ese reducido tiempo que pueden llegar a cambiar la vida de una persona. En un segundo el universo entero de un simple fanático, cambió totalmente. El objetivo de este artículo, no es analizar un partido de béisbol, sino lo que puede significar para un fanático “interferir” en su desarrollo del juego y la influencia que pueden tener los medios de comunicación para destruir o construir.


Los hechos

El 14 de octubre de 2003, los Cachorros de Chicago se jugaban el pase a la Serie Mundial ante los Marlins de Florida. Esta no era cualquier serie. Los Cubs no ganan un campeonato desde 1908, imagínense casi 100 años de frustración  beisbolera en esa ciudad. Así que por eso, este partido no era uno allí del montón, sino el más importante en aaaaños. Presentaban en la lomita al mejor pitcher de la temporada: Mark Prior, quien en 2003 dominó a los bateadores a placer y ya había ganado un partido en esa serie al mejor de siete. Los de Chicago, tenían todo a su favor para ganar. Jugaban en casa con Prior, la serie estaba a su favor 3-2 y en el peor de los casos, el séptimo juego se jugaría en su patio, el Wrigley Field con otro as del pitcheo Kerry Wood.

Chicago picó adelante. En la primera entrada anotó. Luego, con carreras en el sexto y séptimo, los Cubs ante sus fanáticos colocaron la pizarra 3 carreras por 0 y con un Prior imponente, que nada más había tolerado tres hits. Entonces los Marlins dieron la estocada.
El público en el mítico Wrigley Field (un estadio que en este 2014 cumplió 100 años), creía estar a punto de ver avanzar a sus queridos Cubs a una Serie Mundial por primera vez desde 1946 y vivir así de cerquita el título esquivo por casi un siglo. Con un out en la pizarra y Marlins al bate, Juan Pierre conecta un doble por la parte izquierda del terreno. Apenas el cuarto hit que aceptaba Prior.
El segunda base dominicano Luis Castillo vino en turno y con cuenta de 3 bolas y 2 strikes, suelta un foul por la parte izquierda, que al principio pareció inofensivo y rutinario, pero que se fue colocando muy cerca del borde de los laterales del estadio, que estaba repleto de fanáticos deseosos de llevarse un suvenir a su casa y contarle a sus nietos que estuvieron en ese juego histórico. Mientras los fans luchaban por posicionarse bien y atrapar la bola, el jardinero izquierdo Moisés Alou hacía lo mismo, tratando de justificar también con su guante el portentoso sueldo que recibía anualmente. Alou, miembro de la prodigiosa familia beisbolera dominicana, era reconocido también como un excelente fildeador, aunque nunca se ganó un Guante de Oro. Todo esto sucedía mientras la pelota rosaba el cielo frío de Chicago, una pelota que pasó de ser un insignificante foul, a la esfera que cambiaría, para muchos el destino de la serie, de los Cachorros y de la vida de Steve Bartman.


Con su gorra de los Cubs, un sweater azul con una sudadera verde hasta el cuello unas gafas y unos audífonos, estaba Bartman sentado en el asiento 113. Mientras la pelota descendía, él se acomodaba junto a un tumolto de gente que tenía el mismo objetivo. Alou ya estaba en posición y saltó abriendo su largo guante colgado en la mano izquierda, la pelota bajó y bajó, pero no encontró la manopla del dominicano, sino los brazos torpes de Bartman que no pudieron atraparla. La bola rodó y finalmente otro fanático que estaba un poco alejado, fue el triunfador…y el que se hizo rico posteriormente.
OK, hasta aquí podemos observar que solo fue una pelota mal bateada y ya…total los Cachorros ganaban 3-0…pero la reacción de Moisés Alou, reflejó el momento que se vivía en el terreno. Alou reclamó, hizo un berrinche y hasta tiró su guante frustrado y quejándose porque Bartman no le había permitido realizar la jugada, que sería el “tranquilizador” segundo out de un episodio. Mark Prior también tuvo una reacción extraña, se quitó la gorra y señaló al fanático como diciendo que lo sacasen del estadio.
¿Qué pasó luego? Luis Castillo se terminó embasándo por boleto y los Marlins, sorpresivamente hicieron 8 carreras para finalmente ganar el partido.

¿Fue culpable Bartman?
Esa pregunta imaginamos se la hizo el mismo Bartman. Pero, conscientemente, analizando, al menos deportivamente la jugada, concluimos que no tuvo la culpa el joven de 26 años y que había ido con dos amigos al partido. Ok pero ¿por qué la gente señaló tanto a Bartman y se convirtió en una leyenda que ha permitido la realización de este artículo? La respuesta es simple…los medios de comunicación, en especial la televisión. Una vez realizada la interferencia, los encargados de la transmisión original, Fox Sports, colocaron la repetición una y otra vez. Quizá al principio no importó mucho, pero mientras los Marlins iban haciendo carreras, más recordaban el momento en diferentes ángulos. Una carrera, la repetición, dos carreras, la repetición…y así fue hasta el final del juego.

En el Wrigley Field, en ese momento no habían pantallas gigantes donde colocar la reiteración de la jugada, pero en las afueras del estadio, donde los voraces fanáticos cachorros se concentran, si observaron el acto en repetidas ocasiones en pantallas gigantes. Algunos se llevaron sus tv’s portátiles al recinto. Por consiguiente, la furia originada por las carreras de los contrarios, lo mal que jugaron a partir de ese momento los Cubs y la torpe intervención de Bartman, fueron creando en esas 39 mil almas, una reacción fuerte, una sensación de odio colectivo, un sentimiento de querer linchar a Bartman. Todo esto alimentado por las imágenes que se repetían, acompañada de comentarios fuera de lugar de los mismos narradores locales, del circuito radial y televisivo de los Cubs.

Mientras el jovensísimo Miguel Cabrera anotaba la carrera de la ventaja de 4-3 para Florida, ya el personal de seguridad se disponía a sacar a Bartman del lugar, que en ese momento era una caldera gigante que intentaba cocinarlo con todo y esa pelota maligna que estropeó un juego que debió ser memorable en sentido positivo. Bartman recibió escupitajos, vasos de cerveza, insultos impensables y recibió una pita sonora de la masa que repetía la palabra “ashole”, que es idiota en inglés. Menos mal que este no era un juego de las Águilas del Zulia en Maracaibo, porque no deseamos imaginar la variedad de insultos que hubiese recibido. 

Bartman es sacado del estadio junto a sus amigos, una pareja de novios, mientras los Marlins terminan de noquear a los Cachorros con esas 8 carreras. Bartman tuvo que ser custodiado fuertemente por los agentes, ya que la masa enardecida juraba con matar al pobre muchacho.

Al final del partido, los medios repetían la jugada más que un capítulo de El Chavo en Venevisión, creando la leyenda de Bartman, el chivo expiatorio, el responsable de todas las desgracias de los Cubs. Ya señalaban a Bartman mientras aún faltaba un partido completo por jugarse, el séptimo. 

Pero….siempre los benditos peros…quizás si los Cachorros hubiesen ganado el séptimo juego, la situación se olvida, pero Florida obtuvo una victoria de 9 por 6 y la maldición de los Cachorros continuaba. Sin Serie Mundial, sin anillo, sin nada, pero ahora con un personaje, a quién podrían culpar.
Los días transcurrieron, y Bartman no quería ni salir de su casa. Recibió amenazas telefónicas hasta de sus mismos compañeros de trabajo en una empresa de computación. La familia Bartman tuvo que ser protegida por el FBI. Mientras, en los medios audiovisuales el episodio era recalcado, en los impresos también y en los novedosos en aquella época, medios digitales también se cultivó la leyenda.

«Realmente lo siento. Me disculpo con los Cachorros, con Moisés Alou y los fanáticos. Yo tenía mis ojos pegados en la pelota que se acerca todo el tiempo y estaba tan absorto en el momento en que ni siquiera vi a Moisés Alou y mucho menos que él pudo haber tenido la oportunidad de realizar la jugada», expresó Bartman en una carta que se hizo pública días después del incidente.

Los Cachorros también emitieron una comunicación librando de culpas a Bartman, alegando que él es un fanático más que dio el todo por ver a sus Cubs, que las cosas se resuelven es en el terreno de juego. Muy sensata la reacción de Chicago, que sin embargo, perdió para siempre (hasta ahora) a un fiel fanático del béisbol y que asistía constantemente al Wrigley. Bartman en los días posteriores recibió cartas amenazándolo de muerte, siendo objeto del bullying más grande de la historia. Pero también recibió regalos de los fanáticos de Florida, los cuales donó a la beneficencia. Por igual, recibió invitaciones a programas televisivos, pero se negó a todas. Rechazó entrevistas y millones de dólares de patrocinantes que lo querían para un comercial en el Súper Bowl, se negó estampar su firma en artículos y hasta en la misma pelota de ese día. El orgullo va primero. Steve Bartman desapareció, más nunca se le ha visto en el estadio, y han sacado libros (Foul Play Espn 2005) y hasta documentales (Catching hell, Espn 2012), que han analizado el hecho y el efecto causado por los medios en las masas alrededor de un resultado deportivo…pero Bartman nunca ha aparecido ni colaborado en ello. En años recientes, en 2011, Theo Epstein, el Gerente General del equipo, le hizo una invitación al Wrigley, donde recibiría un homenaje, a manera de disculpas, pero Bartman lo rechazó. Las cadenas televisivas locales también se han lamentado y se han disculpado, pero el daño está hecho. A ese muchacho instructor de béisbol casi lo matan, fue una víctima, un blanco de todas las frustraciones deportivas de una ciudad entera, por el simple hecho de portarse como un fanático más y querer atrapar una bola en un estadio.

Salvemoslo

OK hagamos un estudio práctico de las cosas, para determinar la culpabilidad de la derrota y exponerles mejor el por qué Bartman y su jugada no tuvieron incidencia en el resultado del juego.

Luego del boleto a Castillo, Iván Rodríguez, conectó un sencillo que impulsó la primera rayita. Posteriormente vino, lo que es para nosotros, la jugada determinante en el partido. Miguel Cabrera, que bateó tres jonrones en esa serie, conectó un rodado fuerte hacia el campocorto, pero el cubano Alex González erró la bola en lo que parecía un doble play cantado que liquidaría el episodio….y listo, Chicago hubiese ganado el juego, pero no…Prior perdió la brújula y se descontroló de paso.        
  
Pasado el error, con las bases llenas, Dereck Lee conectó un doble que empató el juego. Acto seguido, y después de un boleto a Mike Lowell, Jeff Conine con un elevado de sacrificio trajo la carrera que puso definitivamente a los Marlins 4-3… ya lo demás fue un carro de leña desbocado.

¿Entones cuáles son las claves? ¿La Jugada de Bartaman? No…si ese doble play se hubiese concretado, la historia hubiese quedado 3-1 y listo, Chicago en el clásico de octubre. Además, cómo podemos justificar una derrotar o achacársela a un fanático si al equipo le hicieron 8 carreras. Aquí los culpables son otros.
OK bien, se puede pensar en que “moralmente” ya un inning con dos outs es pan comido, y bueno, que la frustración de un equipo con 95 años sin ganar es tanta, que si algo perturba el momento mágico todo se derrumba, como si una mosca de parase encima justo al momento de servir el plato de comida más exquisito del mundo. Pero el béisbol no se trata de eso…hay que ganar en el terreno de juego y Prior no tuvo la capacidad de retirar esos últimos 5 bateadores que lo llevasen a la gloria.
Pero igual hagamos el ejercicio de que Moisés Alou atrapase la bola. El episodio queda con dos outs y corredor en segunda. Con el sencillo de Rodríguez se pone 3-1 y corredor en primera. El error de González hubiese dejado al Pudge en la segunda y a Cabrera en la inicial. El doblete de Lee, probablemente hubiese empatado el juego, recordemos que Miguel Cabrera en aquel 2003 era un corredor más ágil de lo que es ahora. Con el juego 3-3, lo que fue un elevado de sacrificio para Conine, se hubiese convertido en el tercer out. El juego empatado….pero eso nunca ocurrió y de igual forma libra de culpa a Bartman.

¿Por qué no echarle la culpa a Kerry Wood que permitió 3 carreras en el primer episodio del séptimo partido? ¿Por qué no echarle la culpa a Carlos Zambrano por recibir 7 carreras en los dos partidos que lanzó? (en los dos perdió Chicago).

No claro….a un genio televisivo en fracciones de segundo, viendo la debacle de los Cubs y el sentimiento de derrota que los invadió, se le ocurrió colocar la jugada de Bartman en el resumen del inning por encima de batazos productores de Lee y Mike Mordecai, y por encima de costosísimo error de Alex González. Injusticia pura.

Por cierto, los Marlins lograron ganar la Serie Mundial de ese año ante los poderosos Yanquis, con un Miguel Cabrera en plan estelar junto a Alex González, Ugueth Urbina y Oswaldo Guillén como coach de tercera base.
 
Otros episodios
Esto no ha ocurrido una sola vez. Una de las más recordadas anécdotas ocurrió en 1996 y fue todo lo contrario. Durante la Serie de Campeonato entre los Yankees y los Orioles de Baltimore, un batazo de Derek Jeter, no llevaba la suficiente distancia para pasar la barda. El jardinero de Baltimore Tony Tarasco saltó en vano porque un jovencito estiró sus brazos en las gradas y capturó limpiamente la bola. El batazo significó la victoria posterior de los mulos que avanzaron a la final y se llevaron un nuevo título. Por supuesto, aquí la cosa fue contraria a Bartman, porque benefició al equipo local. El jovencito, llamado Jeffrey Myers debe estar recibiendo regalos a esta altura.

Otro episodio memorable en la historia del béisbol relacionada con jugadas polémicas, la protagonizó Bill Buckner, que con sus Medias Rojas de Boston y “La Maldición del Bambino” encima, no pudo tomar un roletazo “cómodo” en la primera base, lo que significó que sus Sox’s no ganasen automáticamente y perdieran posteriormente la Serie Mundial ante los Mets. Los medios y la fanaticada de Boston fueron implacables con Buckner hasta que lograron el título en 2004 y quebrar el maleficio. En 2007 volvieron a ganar y Buckner finalmente “perdonó, pero no olvido” los malos momentos que vivió con su familia luego de errar esa jugada.  En un nuevo artículo, trataremos este tema de Buckner con mayor dedicación.
El poder de los medios es tan fuerte, que pone y quita gobiernos, crea héroes y los destruye en un instante. Fomenta el entrenamiento basándose muchas veces en las desgracias personales, forjan riquezas sin importarle que una ciudad entera te quiera matar, manipulan mentes y vuelven verdades las mentiras, despiertan en muchos el asesino colectivo por el interés de justificar una debacle y sacarle dinero hasta con su sangre.
Datos de interés:
      –  La pelota fue vendida a una cadena de restaurantes en Chicago por unos 100 mil dólares. En 2005 la bola, fue destruida en un acto público, por genios de efectos especiales y expertos en explosivos. Los restos de la pelota, fueron utilizados en una salsa para pastas, servida en el propio restaurante.
       – Los Cachorros no han vuelto a tener éxito. En 2008 avanzaron al play off pero se quedaron en el camino. La fanaticada aún espera por ese ansiado título luego de 106 años.
       – El asiento donde estaba Steve Bartman se ha vuelto un lugar legendario en el estadio, el más visitado por los turistas.
       – Moisés Alou se retiró en el año 2008. Irónicamente en 1997 ganó el campeonato con los Marlins.
       – Mark Prior se convirtió en una de las decepciones más sonadas de prospecto alguno en las últimas décadas. Luego de luchar con lesiones y bajo rendimiento se ha paseado en diferentes organizaciones jugando en ligas menores. Actualmente es ficha de los Rojos de Cincinnati. No lanza en las mayores desde el año 2006.
       – El otro equipo de Chicago, los Medias Blancas, ganaron la Serie Mundial en 2005, titulándose por primera vez desde 1917. Oswaldo Guillén fue el mánager.
Aquí le dejamos un video completo de las incidencias de ese octavo episodio fatal para los Cubs:

También les regalamos el material que inspiró este artículo, el documental “Catching Hell” de Espn, que trató magníficamente el tema. Gracias por leernos, esperamos sus comentarios.    

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Con información de:
Baseball Reference
Wikipedia
Espn 30 for 30 “Catching Hell”. Espn Films.
Globometer
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