El día que Dolores me ayudó a escoger

El día que Dolores me ayudó a escoger

Se nos fue una grande del rock, Dolores O’Riordan falleció dejando un vacío en muchos fans, pero gracias a Dios está inmortalizada con buenas canciones, recuerdos y anécdotas como las que les contamos a continuación


Por: Rafael David Sulbarán. Periodista.

Rockero. Gaitero. Salsero


«Cuando un cantante que a uno le gusta tanto muere, muere un poquitititito de uno. Que un completo desconocido cause en uno tan distintos sentimientos es increíble». Este texto lo compartió en twitter Mauricio Valerio (@MauricioValerio), un diseñador gráfico costarricense la tarde de hoy, 15 de enero un día que arrancó muy noticioso y que en horas del mediodía se convirtió en uno de esos momentos desagradables cuando te enteras que una gran cantante, una de esas personas que como se refiere allí el pana Mauricio deja a uno sin una parte y que sin conocer te genera miles de sensaciones.  El mundo del rock y la cultura general está de luto con la muerte de Dolores O’Riordan, líder vocalista de la legendaria banda The Cranberries, icono del rock sobre todo en la década de los noventas. Una muerte repentina la sorprendió y la inmortalizó junto a su peculiar voz que influenció a muchos artistas entre ellas a la multimillonaria (lamentablemente hoy alejada de esa influencia) Shakira.

En esta tarde me inspiro a escribir de nuevo muy al estilo que tenía tiempo que no agarraba motivado precisamente en ella, en Dolores y The Cranberries, que forman parte importante del soundtrack de mi vida. He desempolvado mis discos compactos un poco olvidados y en esta tarde llena de recuerdos y música viene a mi una anécdota muy personal, pero que quiero compartirla con ustedes a modo de homenaje para Dolores.

Por allá en 1999 un super joven Rafael Sulbarán se estrenaba en la universidad. A mis 17 años tenía como todos los seres del mundo mucho por aprender y conocer. Ya en mi adolescencia madura el rock formaba parte de mi gusto musical principal, sobre todo luego de vivir un 1998 repleto de nuevos sonidos con el ska alegre de Save Ferris ligado al rock electónico de Garbage, lo novedoso guapachoso de Amigos Invisibles, el rockanrolazo de Caramelos de Cianuro con su Harakiri City, los Fabulosos Cadillacs y sus calaveras fabulosas…en fin un mundo de sonidos nuevos que se estaban acercando a mis oídos ligándose con mis raíces gaiteras, salseras, latinas en general pues.

Un día de esos que uno salía temprano a vaguear en la universidad decidí dar un paseo con dos buenos amigos de la clase, el buen pana Junior Acosta, hoy un gran comunicador social con proyección nacional y el pana Alfonso también periodista y chef, rockero pero a su vez super fanático de Franco De Vita. Ellos decidieron acompañarme al centro comercial Lago Mall, uno de los más bonitos y concurridos de la ciudad de Maracaibo, en Venezuela. Yo les había propuesto visitar una discotienda llamada Recordland, que todavía creo está en pie por allí en algunos sitios del país. Visitar una tienda así siempre era un acto de placer, uno pasaba horas viendo títulos, descubriendo portadas y enterándose de estrenos de todo tipo. Para muchos de nosotros era como visitar cualquier página musical en estos días de internet y redes, allí descubrías sonidos, escuchabas esa canción nueva de tu banda favorita y si tenías el dinero podrías darte el lujo de comprar el CD que era una posesión sagrada, un hecho sobre lo cual alardear ante tus amigos.

Esa tarde visitamos cada pasillo, estudiando sobre todo la sección de rock detalladamente. Por esos días el disco «Follow the lider»de la exitosa banda Korn estaba reventando las emisoras y no dejaba de sonar en MTV, sobre todo con una pieza llamada «Freak on a leash», una de las primeras canciones del rock más pesado que empezaron a hacerse allí un puesto en mi gusto (aunque la primera, primera fue Rage Against the Machine). Pero por allá estaba otra banda que también se posicionaba entre las más brillantes del año, The Cranberries, con un nuevo disco llamado «Bury the hatchet», que traía en su interior una canción llamada «Promises», poderosa pieza rockera con un video muy llamativo con vaqueros y una bruja que es toda una maravilla. Entonces ocurría que yo andaba indeciso, solo tenía 10.000 bolívares, el disco costaba 9.800 (de los viejos, hoy 9 bolívares), y bueno solo podría comprarme uno. La decisión no era fácil, Korn me ofrecía un nuevo sonido, algo totalmente distinto, más pesado, un nuevo mundo y Cranberries, un viejo conocido lo venía escuchando desde «Ode to my family» esa pieza que estaba incluida en aquel famoso recopilatorio llamado «Now» y bueno también porque tenía allí entre esos discos que me compraba mi padre yo sin comprender de qué se trataba «To the faitfull departed» que me  los mostraba sin terminar de engancharme…pero en ese nuevo disco que se debatía se exhibían más atractivos. Vaya la lucha era dura, lo consulté con Júnior y me dijo: KORN, le pregunté a Alfonso y me respondió: «Chacho Rafa, The Cranberries». ¿Qué hago? En ese momento no sabía lo importante de esa decisión, pero sí debía hacerlo bien. Entonces ocurrió lo que tenía que ocurrir, lo que el tiempo me dejó, The Cranberries ese día ganó, la peculiar voz de Dolores, su rock suave, melodioso pero que de pronto explota y se torna fuerte prevalecieron. ¿Por qué fue tan importante esa decisión en mi? Como les dije en mi adolescencia madura aún estaba forjando mi gusto musical, ya dentro del rock no tenía definido más o menos cuál era el rumbo y ese día se empezó a formar el camino. Tal vez si me hubiese decantado por Korn mi tendencia hubiese sido más al rock pesado, tal vez otro rumbo hubiese tomado mi vida social, conocer a otras personas, suena loco pero eso suele suceder. Con The Cranberries mi gusto musical se ablandó, se abrió en el buen sentido dándole cabida a estilos diferentes ya no encasillarme en metal (como suele suceder con muchos amos de este estilo). Claro está, en mi colección hay bandas pesadas, ese disco de Korn está en mi Ipod, hay hasta agrupaciones más pesadas, pero yo siento que ese día, en esa tarde con la compra del disco de Dolores y sus acompañantes se dio inicio a la madurez musical que puedo resumirla en la siguiente palabra: melómano ( a excepción de cosas saladas feas, vallenato y reggaeton).

Gracias Dolores por tu música, por tu voz tan única, por esas noches de Stars a todo volumen en el carro, por ser esa cantante que te ayuda a compaginar con alguna chica, por dejarnos ver a una gran artista, sin duda entre las leyendas del rock. Descansa en paz.

Por aquí les dejo «Promises», The Cranberries.

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