Parece que en estos días pandémicos mucha gente en vez de alejarse lo que hace es acercarse, aumentando el riesgo de contagiarse con ese coronavirus que cada día llega más lejos en el mundo
Por: Rafael David Sulbarán. Periodista. Nunca había usado tapabocas.
¿Practicas el aislamiento social? Cómo lo has visto en tu ciudad? Déjanos tu comentario.
Por estos días de cuarentena una de los principales recomendaciones, y prácticamente un mandato obligatorio, es el distanciamiento social, pero no solo el de estar encerrado en la casa, sino dejar al menos un metro de alejamiento con la persona que te consigues en el supermercado, que está en la fila para pagar la luz, en que está esperando para entrar al banco. Lamentablemente durante estos días sin precedentes que se han vivido en el mundo hemos visto que ese distanciamiento no se ha cumplido, al menos a simple vista.
Es difícil medirlo con números, aunque el Ministerio de Salud de cada uno de nuestros países informe que la cuarentena ha sido efectiva y que el brote de esta enfermedad se haya controlado, es muy probable que por no estar cumpliendo con las reglas básicas del distanciamiento unos cuántos se hayan contagiado.
María López es una mujer, que pidió no revelar su nombre verdadero para evitar cualquier acto discriminatorio, cumplía su confinamiento en casa, normal, como mandó el gobierno y salió a hacer unas compras en un supermercado local. Luego de dos semanas sin salir, empezó a sentir los síntomas, principalmente la tos seca. Se hizo el examen del COVID-19 y dio positivo. “Solo salí ese día a comprar un poco de comida y me infecté”, expresó en una entrevista que le realizaron a través de las redes sociales. En su casa se contagió su prima y su pequeño hijo.
Entonces de sus palabras nos dejan algo demasiado real e inminente: en cualquier lado nos podemos contagiar, ya sea tomando el picaporte de la puerta en la entrada del edificio, ya sea tomando el carrito de compras en el mercado, ya se pulsando el teclado en el cajero, ya sea en el autobús, donde sea podemos infectarnos, y este incumplimiento del distanciamiento en la calle acelera todo.
En Bogotá, por ejemplo, vemos el Transmilenio en ciertas horas repleto de personas. Da risa la cosa, porque en las estaciones el personal te indica dónde debes pararte a una distancia prudencial de al menos un metro, pero cuando te montas en el bus, vas allí casi pegado con otra persona.
Vemos en los alrededores de la Central de Abastos en Bogotá la gente aglomerada comprando comida en las narices de la policía. También vemos personas agrupadas en parques sentados como si estuvieran de vacaciones relajándose, vemos parejas tomadas de la mano paseando a su perro. Más bien en vez de estar cumpliendo y alejamiento, muchos están practicando el acercamiento social. Si no tomamos conciencia, la Pandemia nos terminará alcanzando a todos.
Foto: Prensa Libre